martes, 7 de enero de 2020

1975-80: la nueva España (XXII)


Después de la visita de los principales grupos madrileños, catalanes y andaluces, nuestro paseo por el segundo quinquenio de los años 70 ya va terminando. Sin embargo, y aunque fuera de esas tres zonas parece que no haya nombres de prestigio suficiente como para ser recordados a escala nacional, tal vez eso se deba a que tampoco hay aún una industria con la infraestructura necesaria para darlos a conocer. El mejor ejemplo es el País Vasco: por entonces, como pasaba con Cataluña o Andalucía, sus músicos más inquietos estaban en el rock progresivo y procuraban mostrar un carácter propio apoyándose en algunos estilos de su tierra. Pero a diferencia de Cataluña, hay pocos vestigios del jazz rock que afecta a gran parte de los grupos mediterráneos, y el folk vasco no tiene nada que ver con el andaluz. El caso es que muchos oyentes del norte de España pensamos que lo mejor del progresivo español se hizo precisamente allí, aunque al parecer casi nadie fuera de la zona llegó a enterarse.

Hay dos problemas esenciales en el panorama vasco: la complejidad de su idioma y el hecho de que hasta bien entrada la década la mayor parte de la producción discográfica está entre el folk más tradicional y los cantautores, siendo Oskorri los más conocidos a nivel estatal. En consecuencia, una y otra circunstancia se retroalimentan. Pero comienzan a darse a conocer algunos músicos -más o menos politizados es otro asunto- cuyas influencias actuales vienen del otro lado del Canal aunque luego canten en vasco, y aquí surge un tercer problema: al igual que sucedió en Cataluña en el tránsito de los años 60 a la nueva década, los sellos de la zona son pocos y mayoritariamente orientados hacia la música del país (también las élites culturales vascas miran al rock con prevención). Se dice que mientras los catalanes desearían ser franceses, los vascos suspiran por ser ingleses; y algo de eso debe de haber, ya que con frecuencia se nota la fusión entre progresivo e incluso sinfónico con un tonillo folk que recuerda a la escuela isleña, con unas fantásticas voces femeninas a la altura de Sandy Denny o Maddy Prior. Los tres sellos más importantes de la época son el bilbaíno Xoxoa (una especie de Edigsa euskaldún), el vascofrancés Elkar y en menor medida el donostiarra Iz, aunque la mayor parte de su producción está centrada en el folk. Ninguno de ellos tiene la potencia suficiente como para cubrir una distribución a gran escala, y en consecuencia era difícil encontrar sus productos en otras zonas. Sin embargo creo que algunos grupos merecieron mejor suerte, y hoy comenzaremos con los dos más recordados: Errobi e Itoiz.  



Errobi es uno de los pioneros del rock en vasco. Su origen está en el dúo acústico formado por Anje Duhalde, que ya tenía alguna grabación a su nombre, y Michael Ducau; ambos cantan y tocan la guitarra, aunque Duhalde es batería ocasional y Ducau también domina teclados e instrumentos de viento (el letrista suele ser un amigo, Daniel Landart). Tanto por su primer sello discográfico -Elkar- como por algunos músicos que les apoyarán, este es un grupo a medio camino entre el llamado Euskadi Norte (o Iparralde, ya puestos) y la parte española: el sello se ubica en Bayona (donde nació Ducau), y Errobi es el nombre vasco del río Nive, que se une al Adur en esa ciudad. Su primer disco se graba en 1975 y la portada denota una ligera querencia acid folk, entre psicodelia y kitsch; sin embargo sorprende su madurez musical, especialmente en la cara A, con una fusión de las melodías vocales vascas con desarrollos que podrían compararse con el estilo británico (por momentos recuerdan a los Wishone Ash de sus primeros tiempos). "Aitarik ez dut" o "Kanpo" son buenas muestras. Entre los acompañantes está Jean Phocas, ingeniero de sonido habitual en la mayor parte de la producción del rock progresivo vasco y que además toca el bajo (a medias con otros dos o tres bajistas que surgen de vez en cuando), mientras que Robert Suhas suele ser el teclista.


Aunque tienen un relativo éxito en su tierra, pasarán tres años hasta la publicación de "Gure lekukotasuna", el segundo disco, en el que se refuerza el tono rockero y la densidad de las piezas. Dejando aparte el idioma y su particular cadencia melódica, casi todo el material es perfectamente "exportable", empezando por la canción que abre el disco y le da título. A la sombra de ese disco crece el número de actuaciones y poco después, ya en 1978, deciden lanzar un directo titulado "Bizi bizian"; sorprende el buen sonido general, que por otra parte es su primera grabación en Xoxoa. Aquí el repertorio se compone exclusivamente de piezas ya incluidas en los dos primeros y no hay grandes variaciones en su ejecución, así que hemos de considerarlo como una demostración de su categoría en el escenario pero poco más. Aunque tal vez estaban afinando para grabar en perfectas condiciones técnicas la que está considerada mayoritariamente como su obra cumbre: "Ametsaren bidea", de 1979. Gran parte de los aficionados insisten en que este disco no solo es el mejor del grupo, sino también de todo el progresivo vasco; yo no lo tengo tan claro, pero sí es verdad que comparado con los anteriores esta es una especie de "graduación" en la que casi todo está en su sitio. Consta de cuatro piezas, de las cuales solo la apertura con "Alboa" es breve, no llega a tres minutos y parece un simple ejercicio de estilo -muy bien hecho, eso sí- para dar entrada al tema central, que da título al disco: es un extenso desarrollo (pasa del cuarto de hora) en el que tras un arranque suave abrigado por los teclados evoluciona hacia un cruce entre progresivo y sinfónico que probablemente supera casi todo lo que se ha hecho hasta la fecha tanto en Cataluña como en Andalucía, con cambios frecuentes de ritmos y escenas. Los momentos rockeros se alternan con ambientes cercanos al folk tradicional; pero todo fluye sin parecer forzado, y ese es su mayor mérito. En todo caso yo prefiero la cara B: "Ambere", a pesar del claro protagonismo que la tradición folklórica vasca ejerce sobre los tonos vocales, lleva una base rítmica espectacular, entre progresiva y experimental, cercana por momentos al jazz e incluso con un solo de percusión de mucha categoría. Y el cierre con "Oraino", mucho más relajada, casi soñadora, con esos juegos de percusión (la tabla apoyada en una brillante escala de bajo y la acústica), es delicioso.


Por desgracia el tiempo avanza inexorable, y este tipo de delicatesen ya no era gusto de mayorías (tal vez nunca lo fue); Ducau y Duhalde mantienen fuertes discrepancias sobre muchos asuntos distintos, y tampoco Xoxoa era entidad suficiente para promocionarlo. En consecuencia, Errobi languideció unos meses más hasta su desaparición. Ducau, tras unos cuantos cambios de estilos que lo llevaron incluso a la música electrónica, se estableció luego como músico folk; Duhalde entró como cantante en Akelarre, el grupo más afamado del País Vasco en el ámbito de las fiestas populares, aunque siempre fueron más que eso.




El germen de Itoiz está en el guitarrista y cantante Juan Carlos Pérez (su compositor principal) y el bajista José Gárate, "Foisis". Ambos comenzaron su carrera en Akelarre a principios de la década y en 1974 crearon una banda del mismo estilo llamada Indar Trabes, junto a otros tres músicos; ya por entonces su interés era el rock, pero como le pasó a muchos otros, vascos o no, la casi nula oferta de locales y actuaciones les obliga a seguir trabajando el circuito de verbenas y fiestas populares, curtiéndose hasta que lleguen tiempos mejores. Por fin, su calidad técnica y un repertorio que han ido puliendo por medio País Vasco hace que en 1978 el sello Xoxoa les ofrezca un contrato; es entonces cuando deciden llamarse Itoiz, para desligarse completamente de la imagen que iba asociada a su nombre anterior. Al igual que hacían Errobi, las letras suelen ser ajenas al grupo (compuestas generalmente por dos poetas amigos). Ese mismo año se publica su primer disco, de título homónimo, que no tiene nada que envidiar al último de Errobi: ese cruce entre progresivo levemente sinfónico con un vago tono folk jazz y una carga melódica más variada que la tradicional vasca ("Lau teilatu", su canción más famosa, es la mejor prueba) dan como resultado una obra que si fuese cantada en inglés y publicada por el sello Charisma habría colado perfectamente, porque recuerdan a una especie de Genesis pasados por el matiz Audience con gotitas de King Crimson. Pero no todo son alegrías: la mili y algunos problemas internos hacen que Itoiz ya no exista oficialmente cuando el disco se publica.


Pérez ha estado preparando una especie de obra conceptual sobre la adolescencia y la rebeldía frente a los valores establecidos, encarnada en un protagonista llamado Ezekiel. Su intención, ya que el grupo no existe, es publicarla a su nombre; pero Xoxoa le convence de que lo haga a nombre de Itoiz, que aún tiene mucho tirón. Así, reúne un grupo de músicos amigos (Foisis es uno de los que está en la mili) y en 1980 Ezekiel llega a las tiendas. Siguiendo la pauta "conceptual", sus ocho canciones son "fases" en la vida y la personalidad del protagonista, y la música se identifica hasta cierto punto con su estado anímico; sin embargo tiene vida propia, y es un desarrollo muy lúcido sobre las pautas de su primer disco. Pérez, no sabemos hasta qué punto influenciado por sus ocasionales compañeros, se reafirma en la búsqueda de un estilo que ya tiene poco que ver con el folk: de nuevo la sombra de Genesis, los Van Der Graaf, hasta de los Tull por momentos, sobrevuela el disco, y sin nada que envidiarles. Es otra de esas obras sorprendentes que no será conocida en el resto del país hasta muchos años después, cuando algunos sellos con vocación "minera" los vayan rescatando del olvido. Pero en aquel momento, gracias a un mediano éxito en su tierra y al final de la mili de los desaparecidos, el grupo vuelve a la vida. Y además de presentar el disco en directo, surgen también algunas canciones nuevas que formarán parte del siguiente; para llegar ahí Itoiz hará el camino contrario a Errobi, pasando de Xoxoa a Elkar.


"Alkolea", ese tercer disco, llega en 1982. Pérez y compañía parecen comprender que los tiempos del progresivo "barroco", por decirlo así, están pasando; y en consecuencia, sin abandonar las pautas centrales de su estilo presentan una colección de piezas más frescas, entrando además en otros estilos. El contraste que marca la apertura con "Beheko plaza", un folk rock con teclados y saxo, seguida por "Hire bideak", más cercana a su estilo anterior pero con buen pulso, establece muy bien los límites, aunque es cierto que a veces se acercan más a Supertramp que a otros antiguos maestros suyos. De todos modos, y aunque parte de sus fans se desilusionaron un poco, creo que este disco no desmerece en absoluto junto a los dos primeros. Otro asunto es lo que hubo a partir de ahí: decididos a ponerse al día cuanto antes, en 1983 publican el desconcertante "Musikaz blai", que nos hace dudar si estamos ante el mismo grupo. De pronto nos encontramos con una colección de piezas new wave, tecno pop, ska con efluvios Police, que no les sienta nada bien, o eso piensa la vieja guardia de seguidores. Pero mientras un buen puñado de ellos los abandona, otro puñado mayor de nuevos fans compra este disco; o sea, que los "nuevos" Itoiz resultan ser más populares que los primeros. Por lo tanto no es extraño que dos años después publiquen "Espaiolan", que es una continuación del anterior, tal vez con un poco más de guitarra, o no, pero ya da igual. En 1987 llega "Ambulance", un mini Lp que mejora bastante la perspectiva de los dos anteriores, con una aproximación al pop rock bastante decente, pero que tampoco descubre nada. Por fin el grupo se disuelve tras un doble Lp en directo, que también podemos olvidar sin remordimientos: son los Itoiz de sus últimos tiempos, tanto en sonido como en repertorio (en su mayoría, de los discos "modernos"). Pero aquellos tres primeros discos son un fulgor.



Y tras estos dos grandes iremos ahora a por otros cuantos grupos probablemente igual de buenos pero sin tanta repercusión, aunque ya saben ustedes que una cosa es la fama y otra la categoría. Ah, y conviene recordar, aunque las letras no sean asunto nuestro, que por lo general la temática que sigue este tipo de músicos es en esencia la tradicional en el folk: es decir, que hay mucha más carga poética, ensoñadora u oscura, que reivindicativa. Eso explica que, como sucede en los dos grupos que nos han visitado hoy, la tarea literaria puede correr a cargo de personas de ese mundo: en tal sentido, y salvo por la decisión de cantar en su idioma, esto no tiene nada que ver con el futuro Rock Radical Vasco. En fin, que seguiremos informando...


18 comentarios:

  1. Pues no me esperaba ver a Errobi por aquí, la verdad. Su primer disco lo tengo guardado como oro en paño, toda una referencia para mí en esa época. Las letras han envejecido mal, muchas son de carácter reivindicativo y coyuntural, pero la música todavía me atrapa. El Gure lekukotasuna tenía temas potentes como el que da título al disco, y el Ametzaren bidea y su berridos de alboka pues ya me dejaron frío. Anje Duhalde suele tocar de vez en cuando en el Kafe-Antzoki de Bilbao todavía.
    De Itoiz me quedaría con Alkolea, aunque los dos anteriores también valen la pena. Siempre me ha gustado la forma de frasear de Juan Carlos Pérez. Lau Teilatu es una canción preciosa, pero por aquí se ha escuchado hasta en la sopa. Pérez ahora hace música clásica, hace poco oí Bizkaieraz, una pieza corta pero poderosa, me gustó.

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    1. Ay, hombre de poca fe. Insisto en que Errobi, Itoiz y algunos más no tienen nada que envidiar a catalanes o andaluces, así que es de ley que aparezcan aquí. En el primer caso creo que los tres discos son interesantes y merecen ser rescatados; Itoiz me gustan más que Errobi, pero únicamente su primera época. O sea, los tres primeros: la fase modernilla es perfectamente evitable.

      A ver si hay suerte con los que traigo esta semana...

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  2. Yo a Errobi no los he escuchado, al menos conscientemente. ¿Deberé ponerle remedio? Estos temas suenan bien... Desde luego, muy en la onda progresiva de la época. Y ni papa tenía de esa relación con Akelarre... Itoiz por supuesto los conozco, e increíblemente no había caído en que casan también en esta serie progresiva setentera tuya. No conocía, sin embargo, su historia ni su evolución. El sello Elkar dio cabida también en los ochenta a un puñado de buenos álbumes de otras bandas de rock, junto con las tambien muy conocidas Soñua, Suicidas...
    Debo agradecerte doblemente tu post porque acabo de regresar de pasar las navidades en mi tierra, en Bilbao, y escuchar 'Lau teilatu' casi me hace saltar la lágrima. Morriña, decís los gallegos (y el resto os copiamos la palabra), morriña y muchos recuerdos agolpados. '...Ta berriz izango gara, zoriontsu, edozein herriko jaixetan' (y seremos felices de nuevo, en la fiesta de cualquier pueblo'). Preciosa, como dice Chafardero, y yo que no me canso de ella.

    Como dices, todo el rock que se produjo en los tiempos de dominio de la etiqueta 'rock radical vasco', unos pocos años después de los primeros discos de estas dos bandas, estuvo marcado por las letras reivindicativas y la ligazón a determinadas posturas políticas, que en el caso de tantos grupos estuvo también ligada a géneros más agresivos o al menos chocantes en esos lares (punk, reagge, ska, hardcore...) Sin embargo, y precisamente por esa heterogeneidad, no hay una diferencia esencial en el plano musical que justifique separar a Itoiz de, por ejemplo, Zarama o Hertzainak, que vale, eran cosas diferentes, pero compartieron la escena durante sus años clave, así como las críticas de algunos cascarrabias amigos del txistu y enemigos de la Telecaster. Esto lo digo únicamente en referencia a quienes, a la hora de narrar el relato del rock vasco, pasan de puntillas por esos primeros años. Yo mismo desconocía Errobi... Pero bueno, asimismo habrá un sinfín de grupos vascos que desconozca y no haya vivido, así que yo tampoco soy una referencia...

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    1. Hola, Raúl. Ya ves que como mínimo conocías a Itoiz, aunque los tengas un poco desubicados.

      Errobi, como ya he dicho, es un grupo muy defendible aunque yo prefiera a los primeros Itoiz. Y creo que como mínimo deberías escuchar el tercero, "Ametsaren bidea", al que todo el mundo pone por las nubes: así podrías formarte tu propia opinión.

      Itoiz pueden considerarse "dos grupos": el primero, progresivo, con tres discos magníficos; el segundo, a partir de 1983, demasiado modernito y sin substancia. Al menos yo no se la veo.

      El problema de los puristas, en este caso como tú dices "amigos del txistu y enemigos de la Telecaster", es siempre el mismo: todo lo que vaya contra la pureza de las tradiciones es anatema. Bueno, pues qué se le va a hacer. Afortunadamente cada vez tienen menos peso. Y luego lo del Rock Radical Vasco, que hasta cierto punto fue un montaje comercial, ya me supera.

      Me alegro de que te haya atacado la morriña con el "Lau teilatu", y ya sabes que si buscas alguno de estos discos y no lo encuentras solo tienes que silbar...

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    2. Conozco a Itoiz, pero bastante poco, solo canciones sueltas. Así que te tomo la palabra en cuanto a lo último que dices: si puedes recomendarme alguna página de descarga, te lo agradezco. De un tiempo a esta parte, me cuesta encontrar fuentes de descarga de discos, y tiro bastante de Youtube.

      La expresión que contrapone el txistu a la Telecaster no es cosa mía, fue originalmente una declaración de Natxo Cicatriz que se ha convertido en lugar comun. En cierta entrevista en los ochenta, el líder de Cicatriz criticó el uso político que se estaba dando al Rock Radical Vasco por parte de 'Martxa ta Borroka', campaña orquestada por aquel entonces por el brazo político de ETA. Casi de la noche a la mañana, los mismos que criticaban la importación foránea del rock entre la juventud vasca pasaron a abrazarlo y concebirlo como un buen reclamo de nuevos cachorros, de cara a conformar un grupo identitario homogeneizado. Es interesante a nivel sociológico cómo se gestó todo aquello, y cómo ya en los noventa (y hasta el siglo XXI) se perfiló una música juvenil concreta (principalmente punk-rock) en torno a las txosnas de todas las fiestas vascas, e incluso una moda estética adherida. Natxo Cicatriz criticó el uso político de todo aquello, aunque el grupo que más se enfrentó al RRV fue Eskorbuto, y lo pagó con una dificultad extrema de conseguir conciertos en el País Vasco. Fue en parte un montaje político y, por encima incluso, como dices, un montaje comercial de parte de promotores y sellos independientes (Suicidas, Soñua...) que imitaba a la Movida madrileña. Ahora bien: la gran mayoría de grupos no puso pega, y se benefició en mayor o menor medida sin darle demasiadas vueltas. Contribuyó a aquello el cemento ideológico que les unía a casi todos. No obstante, eso no quita para que no se produjese buen material dentro de lo que pudo caber en aquella etiqueta, claro. Algunos grupos, además, nacieron antes de que se conformase todo aquello, aunque luego perteneciesen.

      Perdona por darte tanto la tabarra, pero te dejo un reportaje que tiene su interés, por entrevistar a algunos de los viejos protagonistas de aquella 'movida' vasca. Desgraciadamente, le falta la parte crítica con todo aquello (buena parte del material audiovisual acerca de la música de aquella época no pasa de ser un brindis al sol), pero si se ve con criterio, se le saca oro. Buena parte de todo esto (o todo) ya lo conocerás, pero bueno... Por si te apetece echarle un ojo.

      https://www.youtube.com/watch?v=v1vrQWnOXEo

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    3. Hola, Raúl:

      Salgo de viaje dentro de un rato y volveré el domingo. Te contestaré a la vuelta, pero para ir "adelantando trabajo" acabo de subirte a Mediafire los tres discos de Errobi para ir abriendo boca. A la vuelta te subiré los de Itoiz.

      http://www.mediafire.com/file/0snuipj5dw4hywq/Los_tres_de_Errobi.rar/file

      A ver que te parecen. Saludos mil....

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    4. Pues muchas gracias por el esfuerzo, Rick. Que tengas buen viaje.

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    5. Hola, Raúl. Ya estamos de vuelta. Es muy reveladora esa frase de Zabala cuando dice que "igual debíamos de haber tenido un poco más de gracia", porque ese es uno de los problemas del gran parte del punk español, no solamente el vasco: la excesiva mala leche y la carga politizada por lo general no se corresponden con el punk británico, que era mucho más nihilista, pero en fin. No es extraño que el grupo punky más popular acabasen siendo Siniestro Total. De todos modos, ese documental es muy bueno.

      Sobre la utilización comercial y política, algo parecido sucedió años después con el Rock Catalá: la unión de un sector nacionalista con algunos mercaderes dieron como resultado una tropa de grupos que aburrían a las ovejas, pero eso sí, eran muy catalanes, como Dios y Jordi Pujol mandan.

      Espero que Errobi te hayan interesado aunque solo sea un poco. Ahora acabo de subir los tres primeros de Itoiz, que son los buenos. Como te dije el otro día, me parecen superiores a Errobi. A ver tú qué opinas....

      http://www.mediafire.com/file/uwt5t5l5gxtxwni/3_de_Itoiz.rar/file

      Saludos mil...

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    6. Sí que me ha interesado Errobi. Vuelvo a agradecerte el regalo, y también por Itoiz, que voy a descargarme ahora mismo.

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  3. En Melocotón, una de las mejores tiendas de discos del Madrid de tan solo hace una década y pico (hasta que su dueño cerró por jubilación) tuve en mis manos las reediciones que se hicieron entonces de las obras de Errobi e Itoiz. He de admitir que el idioma me limitó a la hora de decidirme a adquirir cualquiera de ellas. Seguramente lamentaré la decisión porque, según leo la entrada y los comentarios, la música de ambos grupos merecía haberlas adquirido, y más si, como comentas, sus conexiones con el rock progresivo (sobre todo) de escuela británica conforma una parte significativa de su estilo.
    Esta carencia mía, que confío pueda ser suplida cuanto antes, me impide compartir tu opinión en el sentido de valorar a la música hecha en el País Vasco como lo "mejor del progresivo español". Esta cuestión, de momento, la tengo claramente alineada hacia los grupos y artistas catalanes y andaluces.
    Saludos,

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    1. Ya, el asunto del idioma es un tanto peliagudo. Pero deberíamos recordar que cuando comenzamos a escuchar música extranjera, de jovencitos, no sabíamos inglés y no nos importó lo más mínimo, ¿verdad? Yo le veo más pegas al timbre y al tipo de melodía vocal vascos que al propio idioma, pero esto ya es una cuestión de opiniones. Las reediciones de casi todos estos grupos se las debemos a los leridanos de Guerssen y a Lost Vinyl, aunque hay más de una intervención japonesa e incluso coreana. Hasta allállegan los ecos de esta gente.

      También es cuestión de gustos el asunto del progresivo vasco versus catalán o andaluz. Como digo arriba, casi no hay influencia de estilos como el jazz rock, por ejemplo, mientras en Cataluña y en general la zona mediterránea fue fundamental; en consecuencia, dependiendo del carácter del oyente eso será una ventaja o un inconveniente. Los del norte preferimos las influencias folkies mucho antes que las del jazz rock, y tal vez por eso le damos más valor al prog vasco, pero ya digo: para gustos se pintan colores.

      Saludos mil....

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  4. Hola Rick:
    Pues bienvenido sea el rock vasco de aquellos años, porque la verdad es que aunque supiera de su existencia, no tenía ni idea de como sonaba, Te diré que me ha sorprendido gratamente Itoiz, y sobre todo su faceta más folk, aunque como bien dices, el idioma, es una barrera para su proyección exterior, y no sólo me refiero a fuera de nuestras fronteras. El primer tema que has puesto en el reproductor, "Lai Teilatu", me ha gustado tanto que me ha despertado la curiosidad y me he metido en youtube, donde están todos los tema de su dicografía. Despues de darles un repaso por encima y de comprobar lo bien que suenan, no me explico como pudieron pasar sin pena ni gloria, limitandose sólo a se r conocidos en su ámbito territoriorial. Otra cosa es, como bien dices el cambio radical que dan sus últimos álbums.

    Antoni.

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    1. Hola, Antoni. Celebro que te hayan interesado estos dos grupos, y espero que también te sorprendan algunos de los que vienen ahora. El progresivo vasco es víctima en primer lugar de su deficiente distribución y del desinterés de los sellos españoles; no niego que el idioma es también parte del problema, pero como le digo a Javier también lo fue el inglés y no nos importó.

      Saludos mil...

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  5. Se agradece la información. El rock vasco es una de mis asignaturas pendientes para septiembre. También se agradece el paquetito con los tres de Errobi. Les echaré un oído para ponerme al día en esta asignatura. Se que había muy buenos músicos por ahí, pero no entré de lleno en el asunto.

    Saludossssss

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    1. Hola, Bab. Ya digo que el idioma tal vez sea un lastre, aunque no lo hubiese sido mucho antes el inglés para todos los chavalitos que empezábamos en esto, pero en fin. Probablemente el mayor de los problemas fue la escasa o nula distribución en el resto de España.

      En el comentario a Raúl tienes los tres "buenos" de Itoiz. Te recomiendo que los escuches: si te han gustado Errobi, yo creo que estos te gustarán más.

      Saludos mil....

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  6. Gracias por los tres buenos de Itoiz. Estoy en ello. Parece que sí, que me gustan algo más de Errobi. Veremos.

    Saludossssssssss

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  7. Bien, pues con esto terminamos la primera parte vasca. Si hay suerte, los Koska, Haizea y compañía también habrá que subirlos. E insisto: si tanto gustaban los catalanes y andaluces, estos vascos no tienen nada que envidiarles.

    Saludos mil.....

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