"Estoy harto de la expresión «movida madrileña». La explosión de grupos se dio en todas partes. Había escenas en Valladolid, en Murcia, en Barcelona, en Valencia, Asturias, Galicia… en todas partes. Era cosa del baby boom tardío, que en EE. UU. fue en los cincuenta y aquí fue diez años más tarde".
Alejo Alberdi
Bueno, aquí el señor Alberdi se lía un poco con las fechas, pero se entiende perfectamente lo que quiere decir: a finales de los años 70, la furia ratonera estaba prendiendo ya en media España. Otra cosa es que algunos valientes (como Poch, por ejemplo) se hubiesen atrevido ya por entonces a bajar a Madrid, donde estaba el caldo principal, pero caldos comenzaba a haberlos en otras partes. Por ejemplo en Vigo, Galicia, en la lejana y frecuentemente olvidada esquina noroeste del mapa: en esa ciudad que ahora es De Las Luces por cortesía del Amado Líder, surgió un grupillo llamado "Mari Cruz Soriano y los que afinan su piano". No cabe duda de que sus componentes debían de ser muy simpáticos: luego nos fuimos enterando de que ya habían usado otros nombres igual de chuscos pero que, siguiendo la estrategia de Jethro Tull en sus orígenes, cambiaban el nombre con frecuencia para despistar al posible público desencantado de sus escasas actuaciones. Y aunque al parecer eran muy aficionados a estilos tan respetables como el rock progresivo o el blues -tenían una gran formación ya por entonces- comenzaban a darse cuenta de que el futuro iba por otro lado. El caso es que a finales de 1981 se atreven a grabar una primera maqueta con tres canciones; el sonido es bastante horrible y no se entiende muy bien cuál es el estilo predominante (¿new wave, punk pop...?), pero la gracia que no falte: he aquí dos de ellas. Hoy, en esta actualidad tan "libre" que vivimos, no se hubieran atrevido a cantar estas cosas, pero en aquella época mandaba la irresponsable UCD.
En aquel grupo ya estaban los cuatro personajes que poco después se harán populares bajo un nuevo nombre. Tres de ellos son amigos de hace tiempo: Julián Hernández, Alberto Torrado y Miguel Costas. Poco antes los tres se hacían pasar por guitarristas, pero finalmente Julián será el batería (aunque también ataca teclados), Alberto el bajista y la guitarra será para Miguel, que además canta cuando no hay más remedio. Sin embargo Julián y Miguel alternan su militancia como "afinadores" con la participación en "Coco y los del 1500", donde el cantante es Germán Coppini. Y finalmente lo convencen para asociarse los cuatro en el primer grupo, que poco después de la grabación de aquella maqueta pasa a llamarse Siniestro Total: ese fue el dictamen de la compañía de seguros tras un accidente de tráfico que los tres amigos (y otros tres más) habían sufrido en un R-12 familiar pocos meses antes, sin demasiadas secuelas. Y a principios del 82, ya bajo ese nuevo nombre, Julián (que por entonces estudia en Madrid) entrega otra maqueta a Ordovás, que tras escucharla queda un poco horrorizado: el sonido tiene un pase y el tonillo medio punk electrónico también, pero las letras son salvajes. Así que, por si acaso, comienza radiando las menos conflictivas. Y resulta que el público quiere más. Y finalmente las emite todas, y el efecto es demoledor: Siniestro Total son la nueva maravilla para los frikis de Radio 3. Comienza el "puente" Vigo-Madrid, cada vez con más actuaciones en la capital, y a finales de la primavera de ese año completan la regrabación casera de cuatro canciones; de común acuerdo (sin contrato aún) Servando Carballar las publica con formato EP en DRO bajo el título genérico de "Ayudando a los enfermos" y en poco tiempo se convierte en leyenda. El disco se abre con "Allatollah!", seguida por "Matar jipis en las Cíes"; en la cara B están "Mario (encima del armario)" y "Purdey". No hace falta decir más.
Tras la conmoción que causa ese Ep entre las fuerzas vivas nacionales, el grupo decide gastarse el dinero que han conseguido con él en la grabación de un disco grande, que en esencia es la reunión de las mejores canciones que ya tenían preparadas, incluyendo las dos de ahí arriba. La idea es de Carballar, el dueño de DRO, que gracias a ellos está consiguiendo asentar el sello, y el grupo acepta de inmediato. El sonido sigue siendo bastante flojo, ya que cincuenta mil pesetas de la época tampoco daban para mucho; el disco se titula "¿Cuándo se come aquí"; la portada es bastante sencilla y no excesivamente original, pero se convirtió enseguida en un icono de la nueva ola (que no de los punkis: para ellos aquella portada era una especie de traición). En cuanto a las canciones, hay que admitir que a veces hacen pequeñas trampas: "Las tetas de mi novia", por ejemplo, es una versión "libre" del "I'm a rocket" del Gruppo Sportivo. En la galleta dice que está arreglada por Siniestro, pero no dicen de quién es. De todos modos en su página web (de las mejores que he visto en cuanto a grupos nacionales) hay un apartado en el que hacen una relación de grupos o músicos de los que han hecho versiones. Otras veces, cuando no está claro de dónde han sacado la idea, se atribuyen directamente la autoría y listo. Pero en fin, tampoco importa mucho. El caso es que se publica a finales de 1982 y, tras su presentación en el Rock Ola en Enero del 83, Siniestro Total son ya el grupo punk más popular del país. Por otra parte esa fusión entre los ritmos tradicionales del género, unas letras quizá más enloquecidas que salvajes y su propia actitud personal, hace que durante un tiempo sean considerados como pertenecientes a las Hornadas Irritantes, con quienes además mantienen una buena relación. Aquí tienen ustedes dos de las primeras canciones que había seleccionado Ordovás para su programa por ser las menos espinosas, y que dejaron al personal con ganas de más.
En las actuaciones había un problema recurrente: debido a que entre el público de todo pelaje solían infiltrarse unos cuantos "incontrolados", con frecuencia había broncas o les arrojaban todo tipo de objetos, además de escupitajos. Un primer percance lo habían tenido ya en Madrid cantando lo de matar jipis: resulta que había un chaval melenudo en la sala, y llevó unos cuantos golpes por parte de algunos exaltados. Y en Zeleste una botella voladora le rompió una pierna a Coppini, que por otra parte ya estaba dudando si aquel estilo era realmente el suyo (a pesar de que su voz y su actitud en directo parecían inmejorables para una banda como Siniestro). El caso es que mientras duraba su convalecencia entró en conversaciones con Teo Cardalda, antiguo compañero de colegio, y comenzaron a dar forma a un nuevo proyecto al que llamaron Golpes Bajos; durante un tiempo estuvo compaginando su presencia en los dos grupos, hasta que finalmente abandonó Siniestro en un ambiente de cierta acritud por no haber aclarado bien el asunto. Sin embargo su última participación con el grupo es inmemorial: se trata de un single con dos canciones que iban a ser presentadas en un programa de televisión pero que no llegó a emitirse por coincidir en el tiempo con el famoso episodio de las Vulpess, que le costó el puesto a Carlos Tena, director del programa "Caja de ritmos". Pero gracias al dinero de TVE la portada, abierta, es lujosa (un homenaje por partida cuádruple al "London calling" de los Clash). Y las dos canciones son otros dos hitos en su carrera: "Me pica un huevo" y "Sexo chungo". Ya digo, tras el asunto de las Vulpess era casi inevitable que la presencia de Siniestro quedase postergada para mejor ocasión, pero este es uno de los singles más brillantes de toda su discografía; mal que le pese a Miguel Ríos, que vino a decir algo así como a dónde íba la juventud española con letras tan tontas como esas... Menos mal que ya estaban él y sus amigos para salvar el mundo.
El trío original sigue adelante abandonando el concepto de frontman único, aunque muchos seguidores y alguna prensa temen que, sin Germán, estén acabados (volvemos a lo de antes: su voz y su actitud eran decisivas). Sin embargo, y con el apoyo de Paco Trinidad, consiguen rehacerse y alcanzar un nuevo perfil. Antes de que acabe 1983 llega su segundo Lp, titulado "Siniestro Total II (El regreso)", que entre otras cosas y gracias a Trinidad cuenta ya con una producción razonable. Por otra parte destaca la soltura que alcanza Miguel Costas como cantante: si habían tenido a Germán era porque ninguno de ellos quería cantar, pero ahora sabe hacer de la necesidad virtud e incluso demuestra tener soltura para cambiar de registros. El disco puede considerarse como un gran avance hacia la mayoría de edad: del punk toman su inmediatez y la brevedad de las canciones (veinte más una: no sé si puede considerarse como canción el cierre con esa especie de "a capella" fonética en la que convierten "Carol", del señor Berry), pero lo van diluyendo entre otros ingredientes de corte más rockero, e incluso hay piezas cercanas al garaje o la new wave (además de una nueva versión del Gruppo Sportivo y otra de los Rezillos). Ah, y la vocación de "gallegos reivindicativos" ya va ganando peso con la encantadora versión de "O tren", del recordado Andrés Dobarro. Las letras se suavizan un poco, aunque por supuesto siguen en el ámbito de la comicidad. Y aunque las ventas bajaron un poco, en comparación con el supuesto desastre que se les había augurado hay que reconocer que la cosa salió bastante bien. Por supuesto hay un nuevo puñado de futuras clásicas, como estas dos sin ir más lejos (aclaración para los no gallegos: aquí todo el mundo sabe que la canción más famosa de Deep Purple se titula "Soy de Monforte"):
Por esa época, cuando aún no estaban seguros de si el trío tendría continuidad, cada uno organizó proyectos paralelos de los que solamente Costas consiguió una cierta proyección con Aerolíneas Federales, que entre altas y bajas tiene (o tenía) ya un buen historial. Pero en vista de que la prueba de fuego que constituyó para Siniestro su segundo disco había sido superada, siguieron adelante. En 1984 publican "Menos mal que nos queda Portugal", la confirmación de lo anterior: ya solo con "Miña terra galega", la versión de los Skynyrd, es suficiente para pasar el examen con nota. Y Julián se anima también a cantar, y luego entra el viejo amigo Javier Soto, y el grupo seguirá en activo posiblemente hasta hoy mismo con algunos ajustes de personal: la marcha más notable fue la de Costas, ya casi a mediados de los noventa. Para entonces Siniestro eran un grupo con más densidad, prácticamente un reflejo de la evolución personal de Julián Hernández, que además de sus conocimientos musicales tiene un bagaje intelectual que lo apoya. Pero nosotros nos despedimos de ellos en su época más gamberra echando mano una vez más de "Navidades radioactivas": también ellos celebran esas fechas tan señaladas con el júbilo que es de suponer.
Como bien dices, no cabe duda que causaron un importante impacto en su momento, su propuesta puramente punkarra y gamberra caló en una audiencia dispuesta a probar todos los sabores. Evidentemente no pocas de sus letras, también lo apuntas, estarían hoy consideradas políticamente incorrectísimas y su exposición sería del todo imposible.¡Cómo han cambiado los tiempos!
ResponderEliminarCreo que en ese temperamento suyo tan novedoso y bronca es donde reside su mayor valor, independientemente de que su apuesta gustara más o menos. A mi, que nunca fui demasiado amante del punk (salvo algunas excepciones), reconozco que no llegaron a calarme del todo, tampoco los rechazé, me caían simpáticos, poco más. Eran el típico grupo que se ponía al final de aquellos fiestorros, cuando la peña ya estaba bien puesta y se quería apuntalar el desmadre general. Me parece, además, que han envejecido peor que otras muchas bandas.
Bien por esa portada de "¿Cúando se come aquí?", siempre me recordaba a los famosos hermanos Dalton de Lucky Luke.
Saludos,
Yo creo que este es un cruce muy agradable entre punk y juerga, con lo cual puede interesar por igual a los fans del punk (cosa que ocurrió en sus primeros momentos) o a los que quieren fiesta: los Siniestro acabaron sonando en bodas y banquetes, como un elemento más del ambiente general. Así quer empezaron en plan rompedor y acabaron siendo uno más de la familia.
EliminarY a mí me pasaba lo mismo que a ti, que me hacían gracia pero musicalmente solo me interesaban algunas canciones. El resto, claramente eran melodías de bar.
La portada es exactamente eso, aprovechar a los Dalton y recrearlos.
Saludos mil,
Una banda que merece respeto, sí señor. Yo los he escuchado muy poco, y más si lo comparo con otras bandas españolas del género, pero fueron todo un referente, casi una institución. Mi primer contacto con ellos (es curioso que me acuerde) fue de crío, en el colegio, cuando un profesor enrollado nos puso en el loro la de ''¿Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos''. No es precisamente su tema más representativo, pero se le dio buen uso. Mejor ''Me pica un huevo'', ''Bailaré sobre tu tumba'' y otras tantas. Esta última, por cierto, puede ser una buena alternativa para aquellos que se avergüencen de disfrutar ''Sufre mamón'', de los Hombres G. Siempre he renegado del concepto de ''guilty pleasure''.
ResponderEliminarDesconocía su trayectoria, así que tu texto me ha iluminado lagunas. Eso sí, no he pillado lo de Deep Purple y Monforte. Respecto a esas anécdotas de conciertos (como la que relacionas con la posterior formación de 'Golpes bajos'), debía ser plato común en la escena punk española en los ochenta, sobre todo con ciertos grupos. Josu Expósito, de Eskorbuto, contó en una entrevista que coincidieron una vez con Siniestro Total, y que los más punkarras querían ver solo a Eskorbuto, y se fueron cuando salieron los Siniestro: poco salvajes para determinado credo. Una vez más, una lástima lo de las tribus cerradas.
Yo también rompo una lanza por la portada de ''¿Cuándo se come aquí?'', aunque me quedo con la del single, que no conocía: London Calling a la gallega a la que solo le falta un ''Anunciado en TV'' apuntado en una esquina, al estilo de los cassettes de gasolinera, para ser perfecta.
Son muy gallegos. Difícilmente podría salir algo como esto en otro sitio. Y la de "Quienes somos..." es también una clásica, sí señor. En cuanto a Deep Purple... ¿Cuál es la canción más famosa de los Purple? Claramente "Smoke on the water", ¿verdad? Bien, pues cantemos el estribillo en gallego:
EliminarSoooon de Monfooorte
qué carallo vou facer.
Soooon de Monfoorte....
Ta ta taaa
Ta ta taraaá
Ta ta taaa
Ta taaaa...
¿A que es evidente?
Y lo de la portada del single es un lujazo. No sé si ya has ido a ver las otras tres fotografías, pero valen realmente la pena: cuatro tribus musicales distintas en plan destroyer...
Así como en Glutamato prima la ironía sobre el cachondeo en sus letras, a Siniestro lo que les va es el desparrame sin más. Quitando la procacidad de sus primeros discos, poco más hay que rascar. Lo cual no quita para que fueran muy divertidos, ideales para noches de fiesta y despendole. También creo que el tiempo los ha tratado mal, pero hay un puñado de canciones que siguen teniendo su gracia.
ResponderEliminarTotalmente. Es el punto destroyer, la diferencia entre uno y otro grupo. Y sí, son muy divertidos, pero sintiéndolo mucho por herr doktor (es que estoy viendo su comentario de reojo), su repertorio se mantiene a medias. Lo que tú dices, que hay un puñado de canciones que probablemente no pasen nunca, pero por la coña que tienen más qeu por la música en sí.
EliminarUn gallego como servidor no puede hacer un comentario frío y distanciado de un grupo que ha corrido en paralelo con su propia trayectoria vital. Es algo más. Y lo es desde que fui a verlos a ellos y a otros en aquella presentación mítica en el Palacio de Deportes creo que en el Noroeste Pop Rock aunque no estoy seguro.
ResponderEliminarNo puedo etiquetar y poner en una estantería a Siniestro porque desafiaría cualquier clasificación. ¿Eran punks? Bueno, por entonces todo lo subversivo era punk ¿Pero que serían ahora?
Frente a lo que se ha escrito por aquí Siniestro no ha envejecido, ha envejecido la sociedad que se ha vuelto boba, vacía y mojigata.
Ay, herr doktor. Yo también soy gallego, pero a vaquiña polo que vale. Una cosa es el cariño (vamos, lo mismo que me pasa a mí con Derribos) y otra cosa es el legado puramente musical. Ya sé que resulta muy difícil deslindar una de la otra en este caso, pero la vida es así.
EliminarTotalmente de acuerdo en lo de la etiqueta: a Siniestro no se les puede considerar un grupo punk sin más. Yo creo que si hubiesen mantenido su proyección de los primeros años, hoy serían un excelente grupo para fiestas patronales, bailes y demás juergas. Y lo del envejecimiento, como todo lo demás, también es subjetivo: a mí me cansan bastante más que hace veinte o treinta años, pero puede que el mal esté en mí. Últimamente me da por el folk en sus múltiples variantes: psicodelia, rock, etc.
Ostras, que malas pulgas tiene mi mama, no me deja salir a jugar hasta que acabe todos mis deberes pendientes, que no son pocos. Resignación.
ResponderEliminarPues para acabar la saga de los "bandarras", estos sin duda son los reyes, por que mezclar el punk con el cachondeo puro y duro, no es tarea facil.
Pero... ¿a quien se le ocurre que un Ayatola le va a tocar la pirola" menos a los esqueletos que no tienen, o que un comando punk vaya de caza de jipis por las Cies.
Tambien tienes letras mas profundas, como la de que me pica un Huevo y la de los ahorcados que mueren empalmados, dignas de las mas profunda reflexiones.
De las portadas, aparte de los Dalton,siempre me ha gustado la del EP, una revisión de la clásica del Elvis.
Diversión pura que nos demuestra que no hay que tomarse la música muy en serio, no sea que nos pille un cancer.
Saludotes
Jose
No te quejes, José, que una madre siempre sabe lo que le conviene a su hijo... aunque a veces se equivoque.
EliminarY sí, Derribos otra cosa no tendrían, pero espíritu de fiesta había para dar y tomar. Tal vez tanto cachondeo acultó un poco sus cualidades estricamente musicales -que las tenían- pero no se puede estar a todo. Y las portadas, por lo menos en los primeros años, parecían de Todo a 100 pero cuadraban con el contenido.
Saludos mil...
El primer álbum de Siniestro Total me sigue pareciendo tremendo. Es muy cierto que hubieron escenas en muchos sitios pero solamente tuvo mucha repecursión la movida madrileña. Saludos.
ResponderEliminarEs que esa mezcla de punk con letras enloquecidas da mucho juego, aunque también es verdad que con el tiempo se acabaron haciendo un poco pesados. Sobre lo de las escenas tal vez tendríamos que afinar un poco: la madrileña fue la reina durante los primeros años 80, y luego ya llegó la fragmentación. A partir de mediados de la década ya hay un buen puñado de grupos de cualquier sitio, y se va perdiendo esa "denominación de origen". Lo cual es bueno, porque de ese modo pueden competir todos en igualdad de condiciones.
ResponderEliminarSaludos mil y feliz año.
Poco tengo que añadir a lo que aquí se comenta. Coincido con casi todos. A mí si que me parece que han envejecido algo. No las letras, que tienen su aquél y que ahora no se podrían publicar; digo la música. Se me hace difícil oír varias canciones seguidas de Siniestro. Puede que me pase lo que a Rick, que el que ha envejecido soy yo. De eso no hay ninguna duda.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, lo de las letras hoy en día es impensable. Hemos ido hacia atrás, con tanta corrección política nos han vuelto a engañar y han restaurado la autocensura de Franco. Porque lo de menos son los contenidos, lo que cuenta es la libertad de expresión.
EliminarY aunque hemos envejecido, el estilo simpático y fiestero al final acaba cansando: mis hijas piensan lo mismo que yo, también les hacen gracia para un rato.
Saludos mil y feliz año....