“Move it” fue el primer single de rock and roll británico. De hecho, Cliff y su banda eran lo único que valía la pena escuchar por entonces en Gran Bretaña”.
John Lennon
Si a finales de los años 50 alguien le dijese a un aficionado medio que el Reino Unido iba a ser pronto el centro mundial del pop, este pensaría que su interlocutor se había vuelto loco. Porque recordando el panorama general en aquella época, tal predicción resulta inverosímil: las listas estaban pobladas de cantantes acartonados, muchos de ellos procedentes de las antiguas orquestas de baile, que cantaban unas melodías aún más pringosas que la mayor parte de sus equivalentes highschool americanos (Paul Anka o Neil Sedaka a su lado eran gigantes). Había unos cuantos más jóvenes, guapitos pero inertes, que solían estar en manos de managers sin escrúpulos, que en el fondo los despreciaban, y los exprimían aprovechando el tirón de dos o tres canciones de éxito regular, sin la menor visión de futuro y por lo general abusando de ellos en todos los sentidos, ya que el gangsterismo y el acoso sexual eran lo común entre los managers de por entonces.
En esas circunstancias resultaba muy difícil destacar con proyección de futuro; pero hubo alguien que lo consiguió plenamente, y ese fue Cliff Richard. Desde el principio tuvo disciplina y el verdadero deseo de llegar arriba. Hace poco leí que Cliff es, aún hoy, el tercer artista de más ventas en la Isla tras los Beatles y Elvis Presley. Y esa situación de privilegio es acorde con su papel en la historia de la música popular británica: Richard partió de Presley para dar luego paso al fenómeno que constituyen los Beatles. Él es, sin habérselo propuesto, el puente entre el rock and roll británico y el beat. Ya su nombre artístico refleja muy bien la actualidad del momento: había empezado en el mundo del skiffle con su nombre real, Harry Webb, pero a principios de 1958 adopta el rugoso “Cliff” (acantilado, peñasco) como “tangencial” referencia a “rock”, y “Richard” como homenaje al gran Little. El nuevo Cliff había escuchado a Presley, Vincent, Cochran y demás familia, y lo tuvo claro: a diferencia de la mayoría de los guapitos, él quería ser un rocker aunque también le gustasen las baladas. Y como el gesto más vanguardista era el de formar parte de un grupo, lo hizo también: muy pronto, Cliff Richard y los Drifters estaban ya operativos.
El gigante EMI los ficha inmediatamente, los ubica en el subsello Columbia y a finales del verano de ese mismo año publica su primer single: “Move it”, compuesta por Ian Samwell, guitarrista que pronto abandonaría el grupo para dedicarse a la composición y management (y que había sugerido el “apellido” Richard). El éxito fue inmediato -llegó al número 2 en las listas-, y un buen ejemplo de que los tiempos estaban cambiando. La idea inicial del legendario Norrie Paramor (uno de los directores musicales de EMI, por resumir; en la práctica, mucho más que eso) era publicar como cara A una pieza con acompañamiento orquestal, una baladita muy de la época, titulada “Schoolboy crush”, apoyado por el hecho de que su compositor era el laureado Aaron Schroeder (que ya había escrito unas cuantas canciones para Elvis). Pero ese plan dio la vuelta: la versión oficial dice que Jack Good (director de “Oh, boy!”, uno de los primeros programas magazine musicales de la BBC) escuchó las cintas con las dos canciones y sugirió que “Move it” sería ideal como cara A, para presentarla en la televisión. Claro que la leyenda siempre es mucho más atractiva: míster Paramor hizo una copia de las cintas, se las llevó a casa para que las oyese su hija -o sea, la clientela potencial- y ella no tuvo la menor duda: “Move it” casi la hace enloquecer. La suerte estaba echada. Y ya puestos, ustedes... ¿cuál hubieran elegido?
Aún hubo otro single ese año, y aunque no llegó tan arriba apuntaló definitivamente la carrera de Richard. Entrados ya en 1959, su éxito fue el que dio alas a nuevos aspirantes rockeros como Johnny Kidd & The Pirates, Vince Taylor y otros cuantos; hay que reconocer que la mayoría eran más “auténticos”, pero él tuvo desde el principio una gran ventaja, la misma que tendrían luego los Beatles: era consciente de que el tiempo pasaba muy rápido, estaba en buenas manos y sabía dejarse aconsejar. EMI era un monstruo amable, dentro de la amabilidad que puede tener este tipo de monstruos. Así que por el sistema de soltar cuerda y dar tirones de vez en cuando, el sello y Richard iban entendiéndose. El primer disco grande, publicado ese año, refleja perfectamente el equilibrio: hay algunas piezas de rock and roll de cantante y grupo por el medio de otras de corte baladista clásico acompañado de orquesta (dirigida por Paramor, claro), y de esa manera atendía a dos tipos de público. Su punto débil, como el de la mayoría en esa época, es que no era compositor: prácticamente todo su repertorio está formado por versiones o piezas compuestas por profesionales (algunas, en esta primera época, por miembros de su grupo). Pero durante tres o cuatro años fue el amo y señor de las listas isleñas, e incluso a pesar de la aparición de los Beatles su poder se fue desvaneciendo muy lentamente. Dejando aparte las baladitas orquestales, he elegido dos clásicas de aquel primer disco: en “Blue suede shoes” se le nota mucho la devoción a Elvis, pero en “Pointed toe shoes” ya hay mucha distancia entre Perkins y él. Esos arreglos son británicos, y lo mismo que en otras cuantas canciones de su repertorio es fácil deducir que Lennon y McCartney (futuros artistas de EMI) estaban tomando nota.
Pero 1959 es relevante también por el hecho de que hay cambios en los Drifters: Paramor no está conforme con la escasa habilidad de algunos, y elige músicos de estudio para las grabaciones (vaya, lo mismo que le pasará a los Beatles cuando entren a grabar en ese sello). Por otra parte les llega una advertencia del otro lado del Atlántico: los Drifters, el famoso grupo de duduá, no ven con buenos ojos que los músicos de Richard se llamen igual que ellos, por lo que habrán de buscar un nuevo nombre. Así surgen los Shadows, cuya sección de cuerda será invariable por mucho tiempo: el solista Hank Marvin (el primer “guitar hero” británico) y el rítmica Bruce Welch; junto a ellos está el bajista ‘Jet’ Harris (hasta 1962) y el batería Tony Meeham (que se marchará en 1961). Ya figuran como Shadows en el primer Lp de Cliff y tendrán además carrera aparte como grupo, que irá creciendo a medida que se vaya reduciendo su trabajo con él: serán nuestros próximos invitados, porque su importancia no es menor. Aquí quedan dos piezas propias correspondientes a “Me and my Shadows”, un Lp de 1960 en el que Cliff todavía está en fase de transición:
A partir de aquí, los asesores le dejan claro a Cliff que el rock and roll es un estilo en decadencia, y la cantidad de baladas aumenta. Siguiendo la estela de su adorado Elvis, en poco tiempo se habrá convertido en un crooner que además intenta hacerse fuerte también en los mercados europeos con sus discos de versiones de canciones clásicas del repertorio hispanoamericano, alemán o italiano. Su trabajo como pionero ya está hecho y ahora toca ser un profesional serio, con todo un futuro por delante: desde habaneras hasta la legendaria “Congratulations”, que mereció ganar el festival de Eurovisión en el 68 (digan lo que digan los fans de Massiel), ha cantado de todo. Con más o menos popularidad, aún hoy sigue en el escenario. Y eso, nos guste o no lo que canta, es una hazaña al alcance de muy pocos: Cliff viene siendo como el Raphael de los británicos.
Es un poco humillante que lo último que mencionas de Cliff Richard sea "Congratulations". Hubiera sido más justo incluír "Throw Down a Line" del año siguiente, acompañado por Hank Marvin y con una producción muy correcta.
ResponderEliminarLa comparación con Raphael me parece del todo pertinente. En efecto, "nos guste o no lo que cantan", tal como dices, es indiscutible el nivel de profesionalidad de ambos en sus dilatadas carreras.
Saludos. La cronología de tus posts me tiene un poco descolocado. Me pregunto si sigues el llamado "paso del peregrino gallego", dos pasos adelante y uno atrás, (una variante local de "La Yenka").
Qué tal, míster Troll. No me seas tan academicista, hombre: estamos de acuerdo en que "Congratulations" no es la Quinta de Beethoven, pero es una gran canción de festival. Y ese era un género tan digno como cualquier otro; en aquella época digo, no ahora, que Eurovisión hoy en día parece una sucesión de teleñecos. Por otra parte, esa canción que citas y otras cuantas de ese jaez no están mal, pero me pasa una cosa muy curiosa con el Cliff de los años 70: me suena raro, impostado. No me preguntes por qué, no lo sé.
EliminarY sí, Raphael me ha parecido la figura mas cercana. Que por otra parte ni tiene tantos años de antigüedad ni tanta variedad de estilos; pero bueno, eso ya es otro asunto.
¿La cronología de los posts? Pues... Yo comencé este blog hace ya unos años medio de coña, sin un objetivo claro, y desde luego nunca pensé que iba a echarme tanto tiempo con él. Pero luego me fui enganchando, y como tengo vocación de Abuelo Cebolleta -y vosotros sois masocas- he seguido. El asunto del beat lo había tratado muy por encima hace diez años, antes de seguir el orden lógico (o sea, que en ese momento respetaba la cronología), pero cuanto estaba acabando los 80 pensé que era injusto haberle dedicado más espacio a las últimas décadas que a la primera. Así que borré aquellas entradas antiguas y aquí estoy, comenzando el círculo de nuevo, en plan Sísifo.
En fin, que ya tengo curro para otro año o dos. Y luego a ver si me jubilo en esto de los blogs.
Imaginaba que esa era la idea, al fijarme en que despareció de tu columna lateral el acceso a las entradas que dedicaste al beat. Me alegro de tu iniciativa y solo cabe decir... ¿Dónde hay que firmar para que cubras de nuevo toda la década de los sesenta?
EliminarEs que ya digo, las entradas de aquella época eran muy esquemáticas. Tampoco se trata ahora de meter tochos, que para una historia exhaustiva ya hay fuentes fiables en Internet, pero dar al menos una idea aproximada de la situación y unos cuantos datos básicos creo que pueden interesarle a un aficionado medio. Siempre he dicho que este blog no es para bibliotecarios ni especialistas: todo está en la Red, y yo me limito a dar nombres y ponerlos en contexto. Luego ya cada uno, si quiere ampliar datos, que lo haga.
EliminarToda la década de los 60... Uf. Eso es mucho material y mucho tiempo. No sé. De momento estamos en lo que estamos, y luego ya iremos viendo. Gracias de todos modos por la afición: a día de hoy, eres el más veterano de los visitantes de este local, y eso tiene su mérito.
Hola Rick.
ResponderEliminarParecia evidente empezar esta serie con Cliff Richard. Todo un pionero del cambio, un equivalente a Miguel Rios en España. Tampoco es que haya vuelto loco con este señor, pero sacar todo eso de la nada tiene mucho valor, y luego hacerse acompañar por los Shadows, es lo que se dice rizar el rizo.
Desde luefo, creo que este señor tiene todo el respeto de la comunidad rokera.
Por cierto, me ha encantado esa "variante gallega de la Yenka", aunque el pasito de izquierda, izquierda, derecha, derecha, queda algo desajustado y no digamos nada del palante, patrás, pues el palante no existe y con el patrás nos vamos a escalabrar. Eso si, el un, dos, tres, sigue teniendo toda su vigencia.
Saludotes
Jose
Qué tal, José.
EliminarSí, Cliff y los Shadows son la principal referencia pre-beat. Podría haber metido un post o dos más sobre los rockeros británicos, pero me pareció ya un poco exagerado: Johnny Kidd y compañía son rockeros puros, sin la trascendencia que tuvo Cliff. Son figuras menores, guste o no.
Y lo de la versión gallega de la Yenka, ya digo, es más bien comenzar el círculo de nuevo. Hasta cierto punto, claro.
Saludos mil.
Últimamente no sé qué hace, pero su carrera me parece ejemplar, no me extraña que sea el tercero en ventas, tiene buenos temas para dar y tomar. Creo que con Raphael solo le une su larga carrera, el de negro es un crooner desatado, Cliff es más modosito y variado. Y en lo de Eurovisión tuvo mala suerte, la Massiel llevaba un temazo. No como ahora, que vamos con una nana lolailo y se extrañan de que no nos vote ni Rita
ResponderEliminarYa digo, está muy alejado de los cánones "vanguardistas" que tuvo en sus inicios, y ahora anda en circuito de las viejas glorias, pero en fin: es una vieja gloria, ya está. e insisto: prefiero "Congratulations" al "la, la, la". Y algunos creemos que anduvo una mano negra por allí...
EliminarA mí tampoco me extraña que triunfase, porque aquí has dejado temazos que suenan frescos aún hoy. Las baladas no tanto, pero aún así se dejan escuchar bien (también en los Beatles, siempre digo que ''A taste of honey'' tiene más que un pase). Tu entrada me viene muy bien, porque apenas he catado alguna vez la música de Cliff Richard, y solo de soslayo, cuando he indagado en los Shadows. Me quedo sobre todo con dos: ''Move it!'', por supuesto, y aparte me ha parecido especialmente buena ''Choppin 'n' changin', que tiene una brillantez que la hace atemporal: vaya bajo más sabroso, vaya rollo que se gasta... Puedo imaginar una versión de los Cramps de este tema.
ResponderEliminarPor cierto, con lo de los arreglos británicos supongo que en este caso te refieres sobre todo a las guitarras finas de algunas versiones.
Las últimas dos pistas no me van tanto pero aún así las puedo disfrutar. Y por cierto, no conocía esa 'Congratulations' ni sabía que compitió con la de Massiel en aquella Eurovision que se llevó España.
Imagino que ya te habrás dado cuenta de que Clif y su banda son influencia directa sobre los primeros tiempos de los Beatles, se les nota mucho. Las baladas, en fin, son un poco blandengues, pero sí, también hay algunas que tienen un pase.
EliminarSí, los arreglos "británicos" tienen esa finura, pero también un ambiente de medio eco redondo, muy agradable... muy pop. En la nueva entrada, hablando de los Shadows, cito a Buddy Holly. Creo que a Holly no se le ha escuchado bien, o solo las canciones más clásicas, pero su influencia en la música británica es mucho mayor de lo que parece.
Insisto: mereció ganar "Congratulations", y aún hoy se sigue hablando de la posibilidad de que hubiese habido un tongo. La historia de esa votación es un tanto extraña.
La verdad es que nunca he sido muy devoto del amigo Cliff Richard (del otro Richards, mucho más...), independientemente de valorar su aportación como pionero en una escena, la británica, anquilosada en su pacata visión desde la postguerra. Destacaría, más que al cantante, a los componentes de Drifters/Shadows, grandes instrumentistas, suenan muy bien y recogen el espíritu inicial del rock´n´roll, guitarras cristalinas, base rítmica precisa y sonido audaz.
ResponderEliminarLa comparación con Raphael me parece acertada, más que nada, ya se ha comentado, por la gran profesionalidad en la carrera de ambos artistas.
Saludos,
Incluso si vemos a Cliff como un simple referente, sin que nos interese mucho su repertorio, hemos de reconocer que su influencia (y la de los Shadows, por supuesto) es radical. Los Beatles hubieran arrancado de otro modo; mejor o peor no lo sé, pero desde luego igual no.
EliminarY lo de Raphael ya digo, es una imagen parecida. Prefiero a Cliff, de todos modos.
El primer tema, Schoolboy es una supercanción que está muy por encima de mucha de la música nortemericana de ese período y más si al lado está la gloriosa banda de Hank Marvin. La verdad es que Cliff Richard es irreprochable por mucho que se le haya vilipendiado por su blandura o amaneramiento, o por su comercilialidad posterior.
ResponderEliminarBueno, esa canción es muy del estilo "baladista alegre" con algún vago ramalazo de rock and roll. Muy de su época. Yo creo que todos preferimos "Move it!", ¿verdad?
EliminarY luego, sí, es una figura mainstream, eso no tiene duda. Pero ojalá todo el mainstream fuese de su categoría.
Cliff Richard era uno de los ídolos de mi hermano mayor. Igual que Paul Anka. Cuando salieron los Beatles discutíamos bastante sobre el asunto. Para él, un "Conjunto músico vocal" era un cantante solista delante de un grupo de músicos detrás. Imagínate las discusiones acaloradas. Sí que fue, y es, un cantante muy digno que intervino en la transición hacia el beat. Suenan muy bien aún esos temas que has puesto aquí; sobre todo con los Shadows. Y ahora, como dicen los dermatólogos, vamos al grano.
ResponderEliminarSaludos.
Bueno, si nos olvidamos de su cara más rockera, Cliff tiene algunas similitudes con los cantantes highschool americanos, de eso no hay duda (el rock and roll y el highschool son las dos influencias más claras en aquella época, mientras la Isla no tiene un carácter propio). Esa idea sobre el "conjunto músico vocal" estaba muy extendida por entonces, y son precisamente los Shadows los que comienzan a derribar el cliché.
EliminarLos dermatólogos, en consecuencia, tendrán que esperar precisamente a que pasen los Shadows. Luego ya veremos...