Bienvenidos a Chicago, Illinois. Es la tercera ciudad en importancia de los Estados Unidos, y su mayor contribución a la música popular viene dada por haber sido la cuna de algunos de los grupos más notables implicados en los orígenes de una evolución que surge a mediados de los años 60 y eclosionará a principios de los 70: el jazz-rock. También en la Isla habrá bandas de este estilo (Soft Machine en cuanto abandonen la psicodelia, por ejemplo), pero es innegable que las más conocidas proceden de esta ciudad: la influencia negra del blues y el jazz que se respira aquí hacen de Chicago una ciudad un tanto peculiar con respecto al resto del país. Y la sombra de Miles Davis es alargada. De todos modos insisto en que estas bandas son solamente los cimientos: hay mucho canto en ellas, mucha melodía. No es aún ese estilo pretencioso y endogámico que habremos de sufrir años más tarde.
En esta nueva ola tiene mucho que ver una casa discográfica, la CBS: la mayor parte de los artistas dedicados a estos sonidos graban ahí, lo cual implica que hay mucho dinero para promoción. De pronto los oyentes rockeros creen alcanzar un nuevo estatus de prestigio comprando discos mucho más "elevados" que los clásicos de guitarreos y estribillos "infantiles" que han sonado hasta ahora. Y aunque la decadencia del rock en los años 70 hace que el verdadero jazz vanguardista de fusión alcance su edad de oro en esa década (ya saben, Weather Report, Mahavishnu Orchestra, Return to Forever y todos esos), ya tenemos ahora algunos grupos que, como he dicho arriba, anticipan lo que vendrá luego. Básicamente, en esta ciudad son tres:
The Flock: CBS publicó en 1970 un doble LP recopilatorio que fue distribuido en todo el orbe cristiano bajo el nombre de "Llena tu cabeza de rock". Se trataba de un ramillete con lo más granado de la casa, y lo primero que captaba el ojo era su portada: un violinista melenudo en pleno trance musical; hasta tal punto se hizo famosa esa portada que muchos llamaban al disco "el del violinista melenudo". Bueno, pues el violinista era Jerry Goodman, líder de los Flock. Solo publicaron dos discos, pero son maravillosos: el primero, producido por el mismísimo John Mayall, es una demostración de la clase de estos muchachos en la ejecución, sumada a una creatividad notable y original que no abusa de los instrumentos de viento; el segundo, más melódico, es otra preciosidad con tonos casi orquestales. Pero las ventas no fueron buenas, y Goodman fue fichado por John McLaughlin para la emergente Mahavishnu Orchestra. Él era el cerebro del grupo, así que la disolución resultó inevitable.
Chicago Transit Authority: sí, esos. Nacidos a finales de los años 60 y considerados como epítome de lo que se define como "brass band", es decir, "banda de metales", estos universitarios añadían a su formación musical una rebeldía política con proclamas como "la vuelta del poder del voto", e incluso daban instrucciones sobre cómo debe ser elegido un presidente del país. Su arranque fue muy prometedor, con la publicación de un doble LP donde se halla gran parte de sus mejores momentos: aquí encontramos joyas como "Beginnings", "Listen" o la versión cósmica del "I'm a man" de los Spencer Davis Group. La mezcla de soul blanco, melodía y rock con tintes jazzísticos de los metales resulta imbatible. Para el segundo ya han acortado su nombre a "Chicago" y -aunque comienzan a surgir algunas baladitas sobrantes- aquí tenemos la legendaria "25 or 6 to 4", sin ir más lejos. Mantienen el tipo otros dos o tres discos, y cuando van por el sexto resultan ser ya bastante insoportables: baladas melosas para parejas entradas en años, trompetitas sin venir a cuento, grandilocuencia… un dinosaurio pesado y torpón que ya no aporta nada. No sé cuántos discos han llegado a grabar, ni voy a ponerme a mirarlo, pero eso sí: Chicago es la banda más famosa de Chicago.
Electric Flag: esta fue la primera banda "alternativa" y al mismo tiempo la más abierta de todas, con muchas influencias distintas, por lo cual no quedaría ajustada su definición en el sector del jazz rock ni en ningún otro. Su fundación es obra de Mike Bloomfield, un verdadero corredor de fondo en la historia del rock americano; tímido y retraído, consiguió sin embargo hacerse un nombre a mediados de los 60 como guitarrista en la banda de Paul Butterfield (con la que Dylan daría el salto eléctrico en 1965: la excelsa guitarra que se oye en "Highway 61 revisited" es la de Mike). Tras esa época vuelve de las costas californianas a su Chicago natal para crear en 1968 Electric Flag junto al mágico Buddy Miles en la batería. Bloomfield, un poco harto del blues standard, trata de elaborar lo que él llamó "música americana", que resulta ser una saludable mezcla de blues, soul blanco e instrumentos de viento: su primer disco, "A long time comin'", publicado este mismo año, es una buena muestra del naciente género. Pero poco después tiene que marcharse por "problemas de salud", que ya habían provocado que el liderazgo de la banda descansase en Miles. Grabaron dos discos más en la misma onda antes de separarse, pero su influencia se nota a veces en las dos bandas antes citadas y en otras cuantas.
Ahora nos toca viajar al cercano, machote y ruidoso estado de Michigan. Y aunque Detroit sea nuestro destino principal haremos una escapadita a Flint, que no queda muy lejos. Preparen las orejas, que aquí hay tomate.