Los Pretenders, claro que sí. No podían faltar en un local como este. Con el paso del tiempo parece que se ha difuminado un poco la memoria de su embrujo, ya que su época más brillante fue corta; luego, como suele suceder, llegó la mucho más amplia fase de rentabilización de aquella memoria. Es una banda atípica por varias razones: no solamente porque su líder, compositora principal, cantante y guitarra rítmica es una mujer -algo infrecuente por entonces, y aún ahora- sino también porque esa mujer es una yanqui con espíritu británico, una especie de heredera de los antiguos músicos americanos de garaje que vieron la luz gracias a la famosa Invasión de quince años antes. La adorable Chrissie Hynde es además una mujer guerrera, de carácter fuerte, con ideas originales (discutibles o no es otro asunto) sobre muchos aspectos de la vida; pero en el que nos incumbe es una fuente de conocimiento sobre la música isleña. Y ese conocimiento, actualizado por el ambiente punk y new wave de finales de los 70, le dio la inspiración necesaria para crear al menos dos de los discos más memorables de aquellos tiempos. Dos discos británicos, por supuesto.
Tal vez esa sucesión de rarezas se deba, en parte, a que la señorita Hynde nació en Akron, Ohio. Es una ciudad industrial que destaca por ser uno de los principales centros de fabricación de neumáticos en Estados Unidos; pero también porque allí surgen músicos un tanto extraños, como aquella banda de marcianos electrónicos llamada Devo, o, mucho después, fuera de época, unos fanáticos del blues rock como los Black Keys. El caso es que ya en la escuela la pequeña Chrissie suspiraba embelesada con algunos nombres fantásticos como Kinks, Beatles, Rolling Stones... Incluso sus bandas americanas preferidas, como los Stooges o la Velvet, eran más valoradas en la Isla. Y cuando a los doce años le pidieron que hiciese un poema basado en su palabra favorita, resulta que esa palabra era "Inglaterra". Evidentemente, su futuro estaba allí. Pero no le resultó tan fácil. El primer viaje, con veintiún años, fue en 1973; justo por entonces terminaba una época gloriosa, y comprendió que su idea de la Isla estaba un poco desfasada. Después de unos cuantos trabajos dispares, incluyendo unos cuantos artículos en el New Musical Express o como dependienta en la tienda de Malcolm McLaren, la desilusión la devolvió a su país: aún no era el momento.
Pero la cabra tira al monte, y no tardó mucho en intentarlo de nuevo. Tras un breve paso por París, a finales del 75 está de vuelta en la Isla. Ya era conocida en el naciente mundillo punk gracias a la tienda de McLaren, e incluso llegó a participar en los comienzos de los Clash o los Damned (además de intentar enseñarle a tocar la guitarra a Johnny Rotten). Con ese bagaje comienza a elaborar maquetas que Dave Hill, su mánager, va presentando en los sellos al mismo tiempo que le busca músicos estables y por fin, tres años después de su segunda llegada, ha conseguido una agrupación compuesta por James Honeyman-Scott como guitarra solista, Pete Farndon al bajo y Martin Chambers en la batería; curiosamente, los tres eran amigos y originarios de Hereford. Ella es la cantante, guitarra rítmica y compositora principal; decide bautizar al grupo como Pretenders en honor a "The great pretender", la clásica de los Platters que era además la canción preferida de un antiguo novio suyo. Un chico afortunado: teniendo en cuenta la cantidad de novios que ha tenido doña Cristina, este consiguió, aunque fuese indirectamente, aunque no sepamos su nombre, pasar a la posteridad. La primera grabación es otro homenaje, esta vez de doña Cristina a los Kinks, uno de sus mayores ídolos: "Stop your sobbing", la perfecta demostración de que ya tenían un estilo, porque quien no conozca la versión original nunca diría que es de los Kinks (y es fácil reconocer en esas guitarras la influencia de los Byrds). El single se publica a principios del 79; para redondear la fantasía se ha grabado en un estudio del sello Pye y la produce Nick Lowe (aunque luego se marchó diciendo que no les veía futuro). ¿Se puede pedir más?
Después de otros dos singles -"Brass in pocket", el tercero, alcanza el trono en las listas de ventas- termina el año con la publicación de "Pretenders", el primer Lp, que en parte es una recopilación de los discos pequeños. Para entonces el público ya se ha rendido al encanto de Cristina y sus colegas, porque ese encanto es doble: dejando aparte la mítica estampa de una mujer felina con una voz esplendorosa y que demuestra claramente que ha nacido para esto, su capacidad compositiva es notable; y además sus compañeros son tres músicos brillantes que han tenido que adaptar su estilo al de ella ("tenía una digitación extraña, y costaba acostumbrarse a su tempo", decían ellos). Tras la espantada de Lowe los produce el gran Chris Thomas, pero tanto uno como el otro utilizan muy bien el leve sonido de eco que da el estudio para redondear una mezcla exquisita y original de los ritmos rockeros con las melodías pop y un "aliño" entre punk y new wave que le da una gran frescura a las canciones. La colección de maravillas empieza con "Precious", perfecta síntesis de todo lo que Hynde representa: contundencia, orgullo, excelentes escalas melódicas, sensualidad vocal... Y de ahí hasta el remate con la melancólica y arrebatadora "Mystery achievement", un cruce entre base rítmica que por momentos parece de la Motown, un efluvio de guitarras envolvente y esa voz de tono dramático presidiendo el conjunto. Las letras, muy a flor de piel, son una especie de resumen de las vivencias que puede llevar encima alguien como ella, tan vivida; guardan relación en algunos casos con Farndon, que por entonces era su pareja. El disco fue número uno en la Isla y top 5 en media Europa. Y por supuesto, uno de los más memorables de esta nueva década.
Como era de esperar por su condición de nueva maravilla británica, el año 80 es una sucesión de giras por medio mundo, y solo se publican algunos singles procedentes del primer disco. Hay que esperar hasta la primavera del 81 para ver un avance del segundo, y ese avance es un Ep que constituye toda una revelación: "The talk of the town", una de las canciones más hermosas en la historia del rock/new wave, o el gancho irresistible de "Message of love" ya son suficientes para hacerse una idea de lo que está por venir. Y por fin, a finales del verano, llega "Pretenders II"; un título con el que suponemos que se quiere dar una imagen de continuidad. Y esa continuidad está clara, porque el estilo y la talla de las canciones es similar al anterior, además de que solo hay ligeros retoques en la producción, de nuevo a cargo de Thomas. Quizá, en conjunto, se nota que el tiempo ha hecho madurar tanto a Hynde como a sus muchachos, y las canciones suenan un poco más atemperadas pero al mismo tiempo más completas. En cualquier caso, no se ha perdido ni un gramo del encanto que poseen; es más, si no hubiésemos escuchado estos dos discos hasta ahora, podríamos imaginarlos como un doble. Además de las dos canciones ya conocidas, se establece el paralelismo en el arranque con "The adultress", otra exhibición de poderío junto a "Bad boys get spanked", que la sigue; pero de nuevo se mantiene un equilibrio exquisito junto a melodías casi ensoñadoras como "Birds of paradise" o "The english roses", además de la versión de "I go to sleep" -que de nuevo parece de Hynde, aunque de nuevo sean los Kinks-. Y por supuesto vuelven a dar esa imagen de poderío para crear mixturas perfectas entre ritmo y melodía: "Message of love" y "Day after day", por no extenderme. Fue otro éxito, aunque no tanto como su primer disco: un top 10. Supongo que a sus seguidores más cañeros les desagradó tanta elegancia, porque otra explicación no se me ocurre.
Pero más o menos por entonces se acumulaban ya los problemas: el éxito casi repentino y las giras interminables desbordaban a Hynde, que se estaba agobiando por no tener tiempo para escribir ni siquiera para descansar; mientras, Farndon y Scott se entregaban al alcohol y otras substancias con demasiada alegría. Hynde, que había dejado a Farndon y durante un tiempo estuvo con Scott, comenzaba a sentirse como "la perra del rock'n'roll", en sus propias palabras, y sentía que su vida no iba hacia ninguna parte. Los acontecimientos se aceleraron en el 82: en Junio hubo que echar a Farndon por su excesiva dependencia de la heroína, y solo dos días después de esa decisión muere Scott en un episodio de intolerancia a la cocaína (Farndon morirá en el 83 por una sobredosis). Es de suponer la conmoción que el hecho causó en nuestra amiga, que por otra parte estaba embarazada de su primer hijo. Poco después, junto a Chambers y músicos nuevos, volvió a las grabaciones y las giras, pero ya no fue lo mismo: la discografía de Pretenders a partir de entonces es más melódica, más "amable", e incluso las canciones con ritmo son contenidas. Pero entre unas cosas y otras, con interrupciones y altibajos, Chrissie y sus empleados actuales siguen grabando y haciendo giras. Incluso se dice que su último disco, de este mismo año, es bueno. No sé. Tendré que escucharlo...
Me he escaqueado un poco estos días. He leído los artículos anteriores y he repasado algunos grupos que nunca han tenido mucho peso en mi historia musical personal. Con Pretenders recupero un poco el gusto por la música después de una época un poco “sosa” (para mí). Tanto el primer disco como el Pretenders II me gustaron muchísimo en su momento. Y, oídos ahora, no parece que pierdan fuerza.
ResponderEliminarSaludos.
Tranquilo, Bab, que los escaqueos son muy sanos en ciertas circunstancias. Por lo general me escaqueo bastante más yo que tú al cabo del año. En cuanto a los Pretenders, son de esos escasos grupos de los 80 en los que coinciden casi todos los aficionados sean del palo que sean, porque el rock and roll es un espíritu, una manera de ser que une a varias generaciones.
EliminarHola Rick:
ResponderEliminarEsta vez no tengo que hacer deberes, pues los dos primeros de Pretnders, me los se de memoria, bastante mejor que la tabla del 7.
Son dos discos fundamentales para la historia de la música, sobre todo el primero.
Saludotes
Jose
Normal, estimado José. La gente como nosotros nunca va a discutir por grupos como este. Nos ponen de acuerdo a todos.
EliminarSaludos mil.
Qué bueno el debut de Pretenders. Por cierto, el último disco de este año recupera mucho lo de esos inicios. Saludos.
ResponderEliminarEl debut y el segundo, los dos. Por cierto, que he estado escuchando el disco nuevo y sí, es bastante competente en relación con lo que ha hecho Hynde desde el 82 en adelante. No es que llegue a la altura de e estos, pero sí que tiene un pase.
EliminarSaludos mil.
Con las últimas bandas que han pasado por aquí he tenido que abrir a veces la mente para degustar sonidos nuevos o más alejados de mis gustos directos, cosa que, dicho sea de paso, siempre viene bien, porque se aprende y uno se lleva sorpresas agradables donde menos espera encontrarlas. Pero en este caso me sumo al entusiasmo del resto de comentaristas.
ResponderEliminarLos conocí tarde, hará unos años, en el blog de tu álter ego. Desde entonces, 'Tattooed love boys' forma ya parte de mis canciones preferidas. Estos dos discos son realmente buenos, íntegramente. Me gusta esa mezcla de melodías pop con esas texturas instrumentales, ese eco tan de la época y quizás sobre todo la base rítmica. Los cuatro instrumentos y la voz se compenetran bien, y esos cambios de tiempo son la leche. El batera y el bajista tienen nivel (el bajo de 'The wait', por ejemplo, valdría para clases de instrumento), pero si tuviera que destacar un instrumento, quizás me quedo con la guitarra de Scott. Esa guitarra, apoyada con el resto de la banda, es genuino rock'n roll. 'The adultress', por ejemplo, es un orgasmo musical. Y no me enrollo más. Así da gusto empezar la semana.
Buen post, por cierto. Los que no vivimos la época tenemos aquí una buena visión para contextualizarlos, a través de la historia de Chrissie, tanto personal como musical. God save the Union Jack.
Hola, Raúl. Todos nos sumamos al entusiasmo por lo que le digo a Bab, porque el rock and roll, actualizado o no, es un nexo de unión entre varias generaciones de aficionados. Y los Pretenders eran un grupo directo, sin artificio, y al menos esos dos primeros discos siguen sonando frescos hoy en día.
Eliminar"Tattoed love boys" es tan buena en el disco como el vídeo que hicieron, para mí el mejor en la carrera de los Pretenders, que nunca han destacado mucho por los vídeos. Y precisamente ese, por el gancho de la canción y la simplicidad de la puesta en escena, resulta arrebatador.
Saludos mil..
Quien tuvo retuvo..., lo comento por el último trabajo de la banda ("Hate For Sale") en la que la vieja guardia de Hynde y Chambers demuestra que su propuesta de antaño aun sigue vigente. Sus primeros Lps, muy especialmente el primero, fueron una auténtica advertencia para los aficionados de la época. Aquello sabía a algo más que al pop clásico de la new wave, era rock con raíces puramente isleñas, rock para disfrutar en las últimas sesiones del Marquee, o en las atónitas madrugadas en Portobello Road. La lección de Ladbroke Grove tuvo su continuidad gracias a una expatriada de Akron.
ResponderEliminarFundamentales.
Saludos,
Pues sí señor. No lo había escuchado, pero me picó la curiosidad y tengo que reconocer que es lo mejor que han hecho desde los dos primeros. Es otra ventaja del rcok, el ser intemporal, lo que permite ir un poco hacia adelante o hacia atrás sin perder la chispa. lástima que no se hubiese puesto "seria" más veces entre la cantidad de cosas insulsas que ha hecho estos últimos treinta años.
EliminarSaludos mil...
¿Quién se puede resistir al encanto de Chrissie Hynde? Yo por supuesto que no y basta con ver uno de aquellos vídeos MTV o alguna actuación en directo para contrastarlo. Vi a los Pretenders junto a UB40 y los U2 en un concierto multitudinario en el Bernabeu a finales de los 80 y la verdad era un gustazo.
ResponderEliminarEn fin, yo también degusté a tope esos dos discos primeros y ese Precious o Brass in Pocket.
No has tocado el asunto sentimental de nuestra amiga con Ray Davies que tantas portadas generó en su momento, es tentador, pero mejor centrase en la música.
Saludos
Cristina es mucha Cristina, y en aquella época llegó a ser una fantasía para muchos de nosotros. Y sí, el señor Davies fue uno de sus novios. Supongo que para ella debió de ser una especie de sublimación, teniendo en cuenta que los Kinks eran una de su bandas míticas. Pero la cosa no salió bien, porque Davies, como representante de un grupo por entonces decadente, sentía envidia por el auge de Cristina. Y sus borracheras y malos modos acabaron cansándola.
EliminarLuego tuvo unos años de placidez (o algo así) con Jim Kerr. Es una pareja que a muchos nos parece inexplicable, pero en fin. Ella sabría.
Saludos mil...
Pues a mí en su día no me movían mucho, pero caí con una novia que me los ponía a todas horas y acabé por claudicar. Cosas del amor.
ResponderEliminar¿Una novia? Pues sí que era enrollada, porque por lo general se mosqueaban con Cristina, a quien veían como una rival lejana ("no sé que le ves a esa, si hasta tiene pinta de ordinaria"). Cosas del amor, efectivamente.
EliminarAcabo de enterarme que Chrissie estuvo presente en los disturbios de la Universidad de Kent en Ohio de Abril de 1970 y que era muy amiga de la novia de Jeff Miller, uno de los 4 estudiantes muertos por los disparos de la Guardia Nacional. Vivía entonces a apenas 10 millas de la Universidad y, por lo visto, era una de las estudiantes que más se distinguieron por su combatividad.
ResponderEliminarA quien pueda interesar.
Saludos,
Tampoco lo sabía yo. De todos modos Chrissie siempre ha sido muy combativa, en diferentes aspectos sociales, así que tampoco es de extrañar. Brava muchacha.
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