Nuestra estancia en Los Angeles termina hoy, después de unas cuantas semanas haciendo amigos entre ese poblado micromundo conocido como Paisley underground. Y antes de irnos recordaremos a un grupo llegado de Arizona a principios de los 80 que alcanzó su mayoría de edad al amparo del colectivo paisley, pero que en sus comienzos tuvieron un carácter propio. Y aunque no se puede negar que la influencia del momento y la zona les afectó decisivamente, yo diría que nunca fueron un grupo paisley como los demás: se trata de Green On Red, que con el paso del tiempo acabarán convertidos en otro nombre de culto. Y ya sabemos que el concepto "de culto" es peligroso: en él se incluyen muchos músicos a los que la industria no sabe muy bien cómo empaquetar, músicos que por lo general pagan cara su dificultad de clasificación. Así que Green On Red fue otra de esas bandas cuyo nivel de ventas no se corresponde con su categoría, al menos en sus primeros años.
La historia comienza sobre 1977/78 en Tucson, cuando se forma un grupo llamado The Serfers. Los personajes principales son Dan Stuart (guitarra y voz) y Jack Waterson (bajo y voz), a quienes tras un breve paréntesis con otro teclista se les une Chris Cavacas. Por entonces, a juego con el momento y la zona, el propio Stuart dice que "nuestros gustos iban de Count Five a Pere Ubu, pero empezamos siendo punkies". Y como buenos punkies, si necesitaban material lo cogían prestado: también Stuart fue quien tiró el ladrillazo al escaparate de una tienda para agenciarse una guitarra. Pero lo pillaron, y después de unos días enjaulado decidió cambiar de aires y de planteamiento: unos colegas le dijeron que en Los Angeles había un ambientillo muy abierto; que todo era posible allí, desde la new wave hasta la psicodelia. Y allí se fueron, a mediados de 1980; una vez establecidos lo primero era dar con un batería, ya que su colega Van Christian había decidido quedarse en Tucson, y fichan a Alex MacNicol. Y lo segundo, cambiar al grupo de nombre: aquí nacen Green on Red.
En Enero del 81 han reunido el dinero suficiente para grabar cinco canciones con un equipo prestado, prensan quinientas copias y las distribuyen en sus actuaciones en algunos bares y locales pequeños. Ese Ep sin nombre acabará siendo conocido como "Two bibles" por el título y la letra de la primera canción, y es realmente sorprendente; entre otras cosas porque no tiene nada que ver con el ambiente paisley, se nota que vienen de otro sitio, el que sea. Es más: a mí, con todos los respetos para quien se escandalice, en esa época me dan la impresión de sentirse más británicos que yankis (incluso admitiendo la teoría de algunos críticos, que los consideran "psicodélicos". Para la crítica, todo dios es psicodélico). En fin, que si hubiese que buscarles algún parecido con los músicos del momento en Los Angeles, yo los veo mucho más cercanos a las influencias new wave/post punk e incluso arty de un Scott Miller en sus comienzos que a cualquier otra cosa. Aquí tienen la primera y la última canción de ese Ep: juzguen ustedes mismos.
Meses más tarde, cuando ya no les quedaban copias de aquella grabación, se enteran por una carta que les envía una radio universitaria de Cleveland (o sea, Ohio, casi en el otro extremo del país) de que han alcanzado el número uno de su lista. Es una noticia que a efectos prácticos tal vez no sirva de mucho, pero les infunde ánimos para seguir peleando: en 1982 graban en Down There, el sello de Steve Wynn, un mini Lp de siete canciones con el nombre de la banda en la portada. Aquí ya se nota que el ambiente de la zona comienza a afectarles, y tal vez por la influencia de Wynn algunas piezas pueden recordar a los Syndicate incluso en la voz ("Death and angels" o "Apartment 6"), mientras que el estilo de Cavacas al teclado se hace más denso, más cercano a los patrones de la psicodelia angelina de los 60; aunque también quedan rastros del estilo original de la banda, porque "Black night", "Illustrated crawling" o "Aspirin" están a medio camino entre lo que son ahora y lo que eran un año antes. Y ya consiguen una primera, aunque pequeña, gira europea; sí, también estos serán más reconocidos aquí que allá.
Por fin en verano del 83 llega su primer disco grande, con el título de "Gravity talks". Han conseguido contrato con la Slash, una de las independientes más activas del momento, que les asigna como productor a Chuck D (que aparte de su carrera en los Flesh Eaters produjo el primer Lp de los Syndicate o a los Germs). Lo primero que llama la atención es el protagonismo de los teclados, muy de los 60; tiene un aroma casi pop en muchos momentos, tan de la costa este como de California, aunque por supuesto esa cadencia melódica nos lleva inevitablemente a Manzarek con los Doors. Las guitarras han evolucionado mucho, hasta sonar con verdadero clasicismo, y aunque el disco resulta un poco disperso aquí están algunas de mis canciones preferidas de la banda: "Snake bit", "Abigail's ghost" o "Deliverance", siendo tan distintas, son verdaderas muestras de mayoría de edad. Y añado que si conseguimos "despiojarlos" de todas las etiquetas posibles y los dejamos en simple banda de rock, Green on Red son en este momento de lo mejorcito de California junto a los Syndicate y Rain Parade, aunque por razones que desconozco algunos de sus fans no parecen muy conformes con este disco.
El grupo refuerza su sonido reclutando al guitarrista Chuck Prophet, lo cual permite a Stuart concentrarse en su papel de frontman; por otra parte ascienden de Slash a Enigma, y a principios de 1985 presentan "Gas food lodging", el segundo Lp. De nuevo el aura Dream Syndicate está presente: esta vez el productor es Paul Cutler, que había dirigido su primer single. Y hay piezas que recuerdan claramente al grupo de Wynn, como por ejemplo en la apertura con "That's what dreams (where made from), por ejemplo. Pero quizá el rasgo más notable es el acercamiento al rock "de raíces" ("Black river" o "Easy way out", por decir solo dos) reforzado por las letras desesperanzadas tan típicas de Stuart, que en este disco hace una simbiosis casi perfecta con la música. Por momentos parece casi un disco conceptual, y la redención llega en el cierre con la sorpresa esperanzada de "We shall overcome" en una versión magnífica (¿es una deformación auditiva mía o a veces la voz e incluso la cadencia de Stuart recuerda la de Tom Verlaine?). En resumen, un disco fantástico, con un rango de sonido muy amplio y el salto de categoría que da la guitarra de Prophet. Yo tal vez prefiera el anterior, pero es una simple rareza mía.
Casi a continuación se marcha MacNicol y llega Keith Mitchell, a tiempo para grabar "No free lunch", un nuevo mini Lp que decididamente se inclina hacia el country rock. Como una contradicción, se publica mucho antes en la Isla que en los States porque ahora pertenecen a Phonogram; ah, y porque Mercury, su filial yanki, no ve muy claro si publicarlo allí o no. O sea, el mundo al revés. Para entonces queda claro que los "nuevos" Green giran alrededor de la pareja artística Stuart-Prophet y que los demás van perdiendo protagonismo. Me encantan algunas canciones sueltas como "Ballad of Guy Fawkes", pero a medida que pasa el tiempo prende en mí la sospecha de que el country rock no es lo mío. Y en 1986 publican "The killer inside me" producido por Jim Dickinson, que decididamente ha tenido momentos mejores. Algunas canciones me gustan, aunque no sé muy bien de qué va; parece un batiburrillo de estilos, con un sonido de batería con eco muy de la época, como si de pronto Green On Red fuesen otro de esos grupos yankis surgidos a mediados de la década, cuando comenzó la decadencia, cuando al menos la mitad de las bandas comenzaron a sonar igual. No sé para qué fueron a grabarlo a Memphis, la verdad.
Green On Red se separan poco después de este disco; y aunque volvieron al año siguiente, de la vieja guardia solo quedaban Stuart y Prophet, que funcionan casi como un dúo. A mí solo me interesan aquellos dos primeros discos pequeños y los dos grandes: en esa época no hubo muchas bandas a su altura (no ya en Los Angeles, sino en todo el país). Y ya digo, no estoy capacitado para hablar de country rock salvo que se trate de los Byrds y muy pocos más. En cualquier caso aquí termina nuestra estancia en la patria chica del paisley: proseguimos nuestro viaje. Que nos lleva a...
Sus tres primeros álbumes, "Gravity Talks", "Gas, Food & Lodging" y "No Free Lunch" son para mi tres grandes obras. A partir de "The Killer Inside Me" bajan el listón, aunque siempre les queden buenas canciones sueltas. Si Jim Dickinson no logra encadilarles en "Here Comes The Snake", menos lo hace otro grande como Al Kooper en "Scapegoats". El serio problema con las drogas de Stuart pasó factura al grupo. De hecho, estuvo deambulando entre Madrid y Barcelona durante una de sus temporadas más oscuras. En uno de los últimos conciertos de Dream Syndicate pregunté a Chris Cacavas (ex Green On Red y ahora a los teclados con el grupo de Wynn) por Stuart y me dijo que ya llevaba tiempo "happily alive and kicking..."
ResponderEliminarEn todo caso, tengo a los Green en cierto pedestal, y de ahí no bajan. Siempre que los escucho me reconfortan, me hacen sentir muy a gusto.
Nota: como muchas otras referencias, gracias a Ruta 66 por habérmelos descubierto. En mitad de los 80 ese llamado NRA dio muchísimo juego.
Por cierto, estoy escuchando ahora mismo a otro ex GOR, el gran Chuck Prophet en su muy recomendable "Temple Beautiful". Estos tíos tenían madera.
Gracias de nuevo por la inclusión de la banda en esta magnífica serie sobre el "Paisley Underground"
Saludos,
Hola, Javier:
EliminarCoincidimos plenamente, añadiendo aquel Ep primerizo aunque guarde poca relación con lo que hicieron luego. Y también es verdad que a partir de ahí quedan caciones sueltas, auqnuie por desgracia gran parte de su material ya resulta sobrante. Y aunque no niego que el problema de las drogas (y el alcohol) de Stuart tiene mucho que ver, yo creo que hay, como en muchos otros grupos, una primera época explosiva, muy brillante, y luego una decadencia que tal vez va a juego con la época. El tránsito de los 80 a los 90 fue demoledor, se salvó muy poca gente.
Saludos mil.
Pues me han gustado, la verdad, siendo otro grupo que ni me sonaba, como tantos en esta serie de entradas. De tu selección de los EP's me quedo con 'Two bibles' (ya que mencionas el tono británico, decir que me han venido a la mente los Depeche Mode, aun no teniendo nada que ver en lo musical), y a partir del primer LP se nota el fuerte sabor americano. Quizá me quede a priori con las tres canciones que has mencionado del Gravity Talks (las dos que has dejado, mas 'Abigail's Ghost') que son tremendas, junto por ejemplo a 'Fading away'. Al igual que con Dream Syndicate, creo que disfrutaré estos discos. Seguro que digo una tontería, pero en diferentes momentos no he podido evitar pensar en los Rolling Stones y en Tom Petty.
ResponderEliminarYa veo que te pasa como a mí, que la onda new wave británica te tira mucho, porque eso es exactamente "Two bibles" por mucho que la gente diga otra cosa. Y aunque luego se deslizan hacia la música "americana", hay que tener en cuenta que los Syndicate -una de sus referencias- está mucho más cerca de la costa Este que de California, y eso también cuenta. Y precisamente por esa tendencia las similitudes que citas no las veo claras salvo por alguna época muy concreta de los Stones o el gusto por la melodía pop de Petty (un yanki casi puro, por otra parte).
EliminarNeil Young, The Doors, Lou Reed e incluso Iggy Pop, muchas influencias. Un grupo voluble y en búsqueda de estilo propio. Hay buenas canciones en esa selección que has hecho, con esa pesadez rítmica que acompaña a esa voz melodramática.
ResponderEliminarDe todos esos, el más evidente me parecen los Doors aunque solo fuese por su teclado. Y tal vez más un Reed que un Young, en este caso. Es una lástima que decayesen tan pronto.
EliminarTampoco conozco a los de esta entrada y quitando un tema no me resultan muy interesantes, qué se va a hacer!!
ResponderEliminarEran realmente buenos, aunque por supuesto la cosa siempre va a gustos. De todos modos, aquel primer Ep como mínimo debería interesarte.
EliminarEn su momento les presté algo de atención. No mucha. Recuerdo que me gustaban. Tenían fuerza, gancho. Ahora les he dado un repaso. Creo que se merecen este reconocimiento. Y Chuck Prophet también.
ResponderEliminarGracias por ponerme al día en los ochenta. Estaba bastante pez.
Saludos.
No era un grupo muy popular en España, pero tenían sus fans. En cuanto a los 80, no te creas: yo en esta época ya pasaba de bastantes grupos nuevos, y a partir de mediados de la década comencé a desengacharme casi completamente de la actualidad. Será la edad, supongo.
ResponderEliminarSaludos mil.
Esos primeros discos de Green On Red son unas joyas. Por cierto, qué joven está en la foto Chuck Prophet. Saludoss!!!
ResponderEliminarPues sí. Luego ya se van haciendo más previsibles, como le pasa a casi todo el mundo; en ese sentido, el hecho de pertenecer a un supuesto "colectivo" como sería en este caso el paisley, no creo que les beneficiase. Los colectivos acaban uniformizando a los grupos.
ResponderEliminarJovenes todos. Vas viendo luego cómo pasan los años y resulta demoledor.
Saludos mil.