viernes, 1 de marzo de 2024

Estados Unidos: los primeros años 60 (I)

A finales de los años 50, con la decadencia del rock and roll, el panorama musical en Estados Unidos parecía estar volviendo a la situación anterior a esa época dorada. La impresión que dan las listas de éxitos en 1958/59 es la de que se ha vivido un sueño y ahora toca despertar: de nuevo las baladas con acompañamiento orquestal, las canciones ñoñas, los grupos de voces melosas volvían a ser protagonistas. A pequeña escala, sobre todo en la costa Oeste, comenzaba a ponerse de moda la bendita música surf; pero se trata de un estilo instrumental cuyo protagonismo tampoco va a durar mucho tiempo, y que en cualquier caso no es de ámbito masivo. Así que los grandes éxitos nacidos en el Brill Building volvían a compartir espacio con algunos clásicos del country, junto a músicos “exóticos” como los intérpretes de géneros latinos o “rarezas raciales” como el calipso, por decir uno. El rhythm and blues y en general los estilos negros más urbanos eran asunto de minorías salvo por vocalistas o grupos convenientemente “domesticados”, de tono pop o duduá, algunos de ellos también en el edificio Brill. Por no hablar de sus vías de distribución, claramente segregadas, comenzado por unas listas de ventas al margen del mainstream blanco. 

Precisamente la segregación, llevada a los aspectos comerciales del negocio, es una de las causas principales del gran vacío creativo que se vive en el tránsito de 1958/59 hasta la llegada de la invasión británica. Durante ese tiempo algunas de las bandas estadounidenses más populares andarán a medio camino entre grupo y pequeña orquesta, ya que muchas tendrán su sección de viento. Su principal fuente de ingresos estará en los bailes, y su repertorio abarca el rock'n'roll (generalmente en su versión rockabilly), algún mediano éxito de la naciente música surf y las baladas con ramalazos country. Es decir, los géneros blancos: como decía antes el r'n'b es algo prácticamente desconocido en la gran masa de oyentes pálidos, a quienes -si no son muy racistas- Chuck Berry o Little Richard les parecen un simpático exotismo, pero poco más. Porque no todo el país tenía la amplitud de miras de un neoyorkino o un habitante de Chicago, de las zonas industriales: el joven aficionado blanco de la América profunda, rural, no podía poner los pies así como así en una "tienda de negros" para oír o comprar ese tipo de discos (y en la próxima entrada veremos un caso concreto). Como consecuencia el sonido y el estilo eran uniformes, poco creativos: se echaba en falta una ráfaga de aire fresco que renovase esas estructuras, o que las cambiase por completo. 

Dentro de las "estructuras" hemos de considerar también a la propia industria: los grandes sellos -y en consecuencia los críticos- vivían mayormente de los crooners y las orquestas. Salvo que se tratase de personajes muy consagrados como Elvis, el rock'n'roll no llegó a ser tan masivo como ahora se nos quiere contar (el propio Elvis alternaba el rock and roll con las baladas casi desde el principio de su carrera), y en muchos casos se había estado distribuyendo por marcas sin la cobertura suficiente (volviendo con Elvis, su popularidad se dispara cuando pasa de la sureña Sun al monstruo RCA). Al parecer no interesaba que dichas estructuras cambiasen, y el episodio hipócrita de la payola, con la subsiguiente defenestración de Alan Freed, es el mejor ejemplo. O el caso de EMI, que se vio obligada a publicar los dos primeros singles de Beatles en Vee-Jay y Swan porque Capitol no quiso hacerlo ¡siendo su firma subsidiaria en los States! bajo el argumento de que "esos Beatles no tienen nada que hacer aquí". Había miedo, esa es la verdadera razón: las casas de discos, la prensa, todo el establishment que vivía de este negocio era consciente de hallarse en peligro (y por otra parte, Capitol tenía sus propios intereses: los Beach Boys, concretamente). 

Pero a veces el público va por delante de los medios aun cuando los medios, como en este caso, estén claramente en contra: a mediados de 1963 algunas emisoras perdidas por el mapa comenzaban a radiar esos dos primeros singles de los Beatles, y algunos otros que los escasos viajeros inquietos traían de la Isla en su maleta. En Diciembre la convulsión isleña llegó a oídos del avezado Walter Cronkite, que hizo una reseña en su programa nacional de la CBS sobre ese fenómeno que comenzaba a expandirse por la vieja Europa. Y una adolescente de catorce años llamada Marsha Albert, de Maryland, vio ese programa, cayó arrobada y escribió una notita dirigida a Carrol James, el DJ de la emisora local WWDC. Una nota que iba a pasar a la Historia: "¿Por qué no podemos tener música como esa aquí?" (una pequeña adolescente, una niña, la más exacta representación del futuro). 

Y lo que viene luego ya es de cuento de hadas: el bueno de Carrol consiguió agenciarse por medio de una azafata de vuelo británica una copia de "I want to hold your hand" e invitó a Marsha a hacer los honores, a que ella misma presentase la canción por primera vez en la emisora. Y la noticia de este hecho comenzó a rodar justo cuando EMI le estaba apretando las tuercas a Capitol, donde por otra parte la gestión del asunto cayó en manos de Brown Meggs, un personaje con mejor vista que sus predecesores y que enseguida firmó un acuerdo de distribución con Brian Epstein. En pocos días llegaba esa canción a las tiendas estadounidenses, y pronto habrá cinco singles de esos muchachos poblando el top 10 nacional, y… el 7 de Febrero de 1964 aterriza en el aeropuerto John Kennedy de Nueva York el vuelo de Pan Am 101 procedente de Heathrow, Londres, Reino Unido, que trae a los Beatles. Se acabó el aburrimiento: comienza la Invasión Británica, pequeña Marsha. Estarás contenta, ¿eh? 

Y claro, una de las consecuencias directas de dicha invasión es el rápido auge de la llamada música estadounidense de garaje. Pero esa ya es otra historia: de momento habrá que buscar entre los restos de aquella edad primitiva algún signo de vida destacable, por muy rupestre que sea. Llevaremos linternas, por si acaso. ¿Se apuntan ustedes?


6 comentarios:

  1. Hola Rick.
    Nueva aventura, ¡bien!
    Los primeros años de la década fueron una época convulsa para las acomodadas discográficas USA, pensando que siempre iban a tener el control total de la música del planeta, pero con la muerte del rock and roll, hubo una época de vacio y descontrol, pues parecían atascados y encima, aparecen los bandarras de los británicos a dar pol culo, de los supervivientes destacará a Ritchie Valens, aunque sobrevivió poco tiempo o a Boby Fuller, para mi, el último rey del rock and roll, Bo Diddley, Duane Eddy o Lin Wray.
    Así, para contrarestar a los bandarras del otro lado, se sacan de la manga a los Beach Boys, que parecen prototipos de laboratorio de jovencitos americanos, con su cara de formales y sus camisitas de rayas, para mi, un grupo excesivamente valorados, pero supongo que era lo que buscaban los cerebros del marketing.
    Tambien se sacaron de la manga eso del surf, que aunque tenga verdaderas obras maestras es un sonido un tanto monótono, aunque con ellos tampoco se hicieron ricos
    Aunque personalmente la época 1961-1964 me gusta bastante, `pues hay bastantes bandas tratando de sacar cosas nuevas, y sobre todo de divertirse, me encantan los directos de esos años, aunque las grandes compañías pasaban de ellos, solo les interesaba el dinero, Y como pequeña muestra los marginados del Eastside de Los Angeles en contraposición del glamour y la pasta gansa del otro lado de la ciudad,
    Hollywood y sus grandes estudios.
    Nada mas, que ya me he liado mas que el propietario del local, que ya es decir.
    Saludotes
    Jose

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    1. Hola, José.
      Yo creo que si no llega a ser por los británicos, la situación se habría mantenido estancada durante más tiempo aún. Más tarde o más temprano habrían tenido que seguir el proceso de fusión con el r'n'b que había comenzado el rock and roll, pero las mafias de los sellos lo entorpecerían todo el tiempo que pudiesen. Y sí, sobre los Beach Boys pienso algo parecido, aunque ya sabes que para muchos aficionados son un grupo poco menos que sagrado.
      De todos modos es verdad que esa época entre principios de la década hasta la llegada de los británicos fue un tanto primitiva pero tal vez por eso encantadora: los grupos estadounidenses de esa época no pueden competir con los isleños y van cayendo uno tras otro, pero hasta Lennon se lamentaba de que "por culpa de los Beatles y el resto de los isleños" hubiese pasado eso. Es ley de vida, la cosa no tiene más vueltas.

      Saludos mil.

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  2. Bueno, gran entrada que puede dar lugar también a un debate de altura. Tomando como base de información el "Chitlin´Circuit and The Road to Rock N´Roll" del amigo Preston Lauterbach hay varias cosas a reseñar:.- 1.- Desde los inicios del siglo XX la música para los americanos constituye el primer entretenimiento social.- 2.- La herradura que va desde Chicago hasta el delta y NOLA constituye la principal base geográfica del origen de la música genuinamente americana negra (la blanca se asienta no demasiado lejos, en los Apalaches y en el Bible Belt) 3.- La tradición del jazz, en su versión inicial también negra de big bands y baile de grand balls, contribuye también, sus areas geográficas son muy similates.- 4.- La base del rock.n.roll está ahí, desde las rutas crossroads hasta los garitos ruteros inundados de juke-boxes. 5.- Tanto el circuito de conciertos como los sellos discográficos y la distribución estaban dominados por la mafia lugareña ( Chicago, Memphis, Kansas City, Nueva York). 6.- Cuando la British Invasion llega a USA la audiencia urbanita es la mejor receptora de su propuesta.- 7.- Esa mezcla fish´n´chips & burgers nos sigue dando lumbre.- 8.- Suena ahora el "Frogs" de The Flaming Lips. 8.- Over.

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    1. Muy buenas, don Javier. Veo que viene usted acompañado del señor Lauterbach, que por supuesto sabe de lo que habla.

      Poco hay que añadir a esos puntos que usted resalta, salvo añadir que. como digo arriba, el asunto de las músicas segregadas y las race lists ralentizaron mucho el proceso evolutivo de la música popular estadounidense, dando pie a que los británicos los pillasen en mantillas.

      El jazz y el blues tenían ya un prestigio entre las minorías blancas "intelectuales" de las grandes ciudades, en parte porque ya había músicos blancos interpretando esos estilos, pero el r'n'b no tenía aún ese pedigrí. Los isleños en cambio comprendieron muy pronto su potencial. En el fondo, resulta un tanto sorprendente que, habiendo comenzado la fusión con el rock and roll, luego ese proceso quedase estancado. Es algo que sigo sin entender, como se dejaron superar por los isleños si tenían todos los medios a su alcance para haber hecho ellos la "revolución"....

      Saludos mil.

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  3. Sí, harían falta linternas, Rick. Época apasionante esta, en la que no soy nada experto. Solo pillé cosas de aquí y de allí; así que viene muy bien este repaso/resumen de aquellos tiempos. Tomo nota y seguiremos asistiendo a estas amenas clases. Se agradece.
    Saludos.

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    1. Está un poco oscura esa época, ¿verdad? Y sin embargo estoy seguro de que la mayoría de los grupos que van a salir aquí ya los conoces; otra cosa es hilar la historia un poco, pero los nombres y la mayoría de las grandes canciones ya verás como sí que las conoces. Para los fans a muerte como tú o José esto va a ser un déjà vu más o menos organizado.... Como todo lo que he ido metiendo en el bar hasta ahora, por otra parte.

      Saludos mil.

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